El maestro Guillermo Monroy Becerril, es uno de los pintores que participó en los murales del edificio sede de la antigua Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), ahora, Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) de la Ciudad de México, ubicado entre las calles Xola y Eje Central Lázaro Cárdenas; mismo que fue realizado alrededor de 1952.
Junto a sus colegas, Juan O’Gorman, José Chávez Morado, Luis García Robledo, Rosendo Soto, Arturo Estrada, José Gordillo y Jorge Best; y a los arquitectos, Francisco Zúñiga y Rodrigo Arenas Betancour, Monroy plasmó su trabajo en esta grandiosa obra que consta de 13 murales y que dejan entrever la cultura mexicana, con una mezcla de diversas épocas como la prehispánica, virreinal y del siglo XX.
“Entre ocho pintores y dos escultores, decoramos ese emblemático edificio con mosaicos de piedras de colores. Este trabajo plástico que se hizo, fue una verdadera hazaña con un alto nivel, siguiendo una técnica muy mexicanista que se volvió una obra maestra”, comentó Guillermo Monroy.
Desafortunadamente, el temblor que azotó la Ciudad de México en 1985 trajo consigo un sinfín de afectaciones a monumentos históricos, entre ellos este conocido edificio, pues dejó cuarteaduras y daños severos en el mural.
Debido a las afectaciones por este temblor y el de 2017, comenzaron a desprender los murales y nadie sabía qué destino iba a tener el edificio y su arquitectura, por lo que artistas e intelectuales unieron fuerzas y levantaron la voz a través de un movimiento plástico denominado “En Defensa del Patrimonio del Centro SCOP”.
“Artistas, escultores y críticos de arte nos unimos pidiendo que ese edificio tan formidable, no se vaya a demoler, si no que se busque la forma de convertirlo en una gran plaza cultural para que ese trabajo tan bonito forme parte del patrimonio cultural de México y hasta ahorita me parece que vamos muy bien con la iniciativa”, mencionó.
Cabe destacar que de los pintores y escultores que realizaron este magnífico trabajo, actualmente sólo sobreviven Guillermo Monroy y Arturo Estrada.
Monroy menciona que es indispensable defender este espacio y darle un uso que aporte al desarrollo cultural.