Un posible embarcadero y un sistema de redes hidráulicas prehispánicas de la antigua ciudad de México-Tlatelolco fueron identificados por especialistas de la Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la colonia San Simón Tolnáhuac de la alcaldía Cuauhtémoc.
El INAH ha intervenido en la zona desde 2023, específicamente en un terreno del Eje 2 Norte Manuel González, esquina con calle Lerdo de Tejada, donde se proyecta un complejo habitacional. En un predio de 11 mil metros cuadrados aproximadamente, se realizó el hallazgo que reportaron a través de un comunicado.
De acuerdo con el coordinador de estas tareas, el arqueólogo Tulio Cordero Hernández, citado en el documento oficial, dichas redes hidráulicas, debieron estar constituidas por canales que variaban entre uno y ocho metros de ancho, “los cuales debieron cumplir diferentes funciones como irrigación, drenaje o navegación”.
En cuanto al embarcadero de 4.8 metros por 3.1 metros, el escrito cita a la arqueóloga Xantal Rosales García, quien detalla que este debió tener dos etapas de ocupación: la primera, de época prehispánica, caracterizada “por el uso de piedras careadas de mayor tamaño que constituyen los muros y una escalinata para descender al cuerpo de agua”. Y la segunda, perteneciente a las primeras décadas del virreinato, donde “se observan muros añadidos con piedras irregulares de menor tamaño para convertirlo en un posible reservorio del vital líquido”.
Corroboran límite de la frontera norte tlatelolca
Estas intervenciones, compuestas por 40 pozos de sondeo, permitieron al grupo de arqueólogos en activo reconocer una parte de la frontera norte tlatelolca que, según fuentes históricas, coincidiría con los barrios Iztatlán o Tlaxoxiuhco, pertenecientes al total de 19 que componían la urbe mexica.
Además de que han otorgado evidencia material de que el límite septentrional de Tlatelolco no estaría en la actual avenida Manuel González, sino unos 300 metros más adelante en la calzada San Simón, corroborando así lo que ya señalaba el arquitecto Luis González Aparicio, autor el Plano reconstructivo de la región de Tenochtitlán en 1973.
Diferentes ocupaciones
Producto de estas excavaciones, los especialistas encontraron rastros de las distintas ocupaciones del predio, en el que entre 1987 y 1993 operó la fábrica de aceites La Polar. Después, en 1912 fue ocupado como parte del establecimiento Leviatán y Flor, de los empresarios Isaac Leviatán y Jacobo Flor, migrantes europeos que se dedicaron a producir levaduras para panaderías.
A esas anteriores ocupaciones —identificadas por durmientes de ferrocarril, zapatas y tubos de drenaje— las siguen capas estériles que indican la inactividad del suelo por un largo periodo, hasta llegar a aquellas correspondientes al periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.), y la transición inmediata al virreinato del siglo XVI.
Imaginar la vida tlatelolca
El arqueólogo Tulio Cordero, concluye que, “conocer los márgenes de Tlatelolco, donde vivían las personas del pueblo, nos permite completar la imagen de esta ciudad mexica e imaginar la vida con su complejo sistema hidráulico”.
Y especifica que, a diferencia de lo ocurrido en Tenochtitlán, Tlatelolco siguió siendo ocupada por población indígena, por lo que no hubo un cambio inmediato de su modo de vida, “como lo demuestra el hallazgo del entierro de un neonato a la usanza prehispánica, en posición sedente y asociado a una estructura habitacional, ya en el periodo posterior al contacto español”.
Sin embargo, graves inundaciones, como las de 1555 y 1607, epidemias y otras adversidades conllevarían a una disminución de la población nativa, de manera que la periferia de la ciudad se despobló paulatinamente hacia los siglos XVII y XVIII, como refieren mapas de la época donde aparecen como llanos.