Hernando Cortés, controverdio personaje para la historia de México y España debido a su papel en la Conquista de Mesoamérica, dejó un legado de múltiples turbulencias además de sus restos, los cuales descansan en una pequeña iglesia de la Ciudad de México, ¿cuál y en dónde está?
El también conocido como Hernán, tras la conquista bélica de Tenochtitlán y el inició de la conquista espiritual, el militar español se asentó en la Nueva España, incluso siendo gobernador de ella en 1524. Año en que decidió emprender una desastrosa expedición a las Hibueras, hoy Honduras, situación que le representó un gran problema en años posteriores.
Cabe mencionar que durante dicho viaje problemático, lo "acompañó" Cuauhtémoc, el último tlatoani mexica, quien tras acusarlo de un supuesto boicot, lo decapitó en 1525, situación que le trajo severas críticas.
Si bien el rey emperador del imperio del Sacro Imperio Romano Germánico le había concedido a Cortés un escudo de armas y el hábito de caballero de la Orden de Santiago, esto no evitó que el propio Carlos I lo destituyera como gobernador de la Nueva España, por años de ausencia, y lo sometiera a juicio de residencia, el cual se prolongaría años, incluso hasta su muerte el 2 de diciembre de 1547 en Castilleja de la Cuesta, en Sevilla.
¿Cómo terminaron los restos de Hernán Cortés en CDMX?
Hernán Cortés, solicitó en su testamento que sus restos fueran trasladados a la Nueva España, situación que se dio hasta 1566.
Sus restos fueron depositados en el Monasterio de San Isidoro del Campo, cerca de Sevilla, como había dejado asentado en su testamento, sin embargo, también había dejado en encomienda que, después de un tiempo, sus restos fueran regresados a la Nueva España, lo que sucedió alrededor de 1566Explica el sitio web del Museo de las Intervenciones
Fue en este momento que los restos de Hernán Cortés tuvieron todo menos descanso. Al llegar a la Nueva España, fue enterrado junto a su madre en el convento de San Francisco en el pueblo de Texcoco. No obstante, fue trasladado al monasterio franciscano, en la Ciudad de México.
La travesía no quedó ahí, pues en 1794, autoridades virreinales trasladaron los restos del conquistador a un pequeño mausoleo de la iglesia anexa al hospital de Jesús Nazareno. Situación llamativa, pues el mismo Cortés fue quien mandó a construir dicho sanatorio en 1524, lugar donde supuestamente se encontró por primera vez a Moctezuma II en 1519.
Tras un breve descanso, sus restos fueron trasladados de nueva cuenta tras la consumación de la Independencia de México, pues el ministro conservador, Lucas Alamán, los removió "por temor a que fueran profanados, dado el fervor nacionalista del momento", explica el sitio web del Museo de las Intervenciones
La osamenta de Hernán Cortés fue trasladada en una urna bajo la tarima del altar mayor del mismo hospital de Jesús Nazareno. Posteriormente, los restos volvieron al mausoleo donde habían estado previamente en dicha iglesia.
Tras un descanso de 110 años sin interrupción, en 1946, tras el hallazgo del acta notarial donde estaba estipulada la ubicación del mausoleo del conquistador, el antropólogo Javier Romero, jefe del departamento de Antropología del Museo Nacional, junto a un equipo de especialistas de dicha entidad, exhumaron y analizaron los huesos para verificar si realmente pertenecían a Cortés.
Romero observó que el material óseo correspondía a un sólo sujeto, de sexo masculino, de edad avanzada y de baja estatura, con huellas de enfermedades causadas por traumatismos, por lo que se pudo concluir que muy probablemente, los huesos encontrados el 24 de noviembre de 1946 en el templo de Jesús Nazareno de la Ciudad de México, pertenecieron a Hernán Cortés.
Explica el sitio web del Museo de las Intervenciones
Cabe mencionar que la iglesia Jesús Nazareno e Inmaculada Concepción se úbica en la delegación Cuauhtémoc, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, el inmueble que cuenta con 500 años de existencia, de acuerdo con fuentes gubernamentales, podría tratarse del hospital más antiguo de América, en el cual se realizó la primera autopsia del continente en 1646, por ellos y más razones patrimoniales, fue declarado monumento histórico el 29 de agosto de 1932.
Finalmente, los restos del conquistador español son resguardados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia por decreto presidencial.