/ jueves 3 de octubre de 2019

Con poemas y música indígena, dan el último adiós a Miguel León-Portilla en Bellas Artes

México ha perdido a uno de sus grandes hombres y la UNAM a uno de sus más ilustres miembros, dijo el rector Graue

Entre poemas de distintas lenguas originarias, música indígena, danzantes y videos de su prolífica trayectoria se realizó el homenaje en cuerpo presente del doctor Miguel León-Portilla en el Palacio de Bellas Artes.

Las puertas del máximo recinto cultural se abrieron desde las diez de la mañana para celebrar al historiador como un hombre ejemplar, humanista y de gran conocimiento.

A la hora señalada comenzaron a llegar los asistentes al tributo de Tlamatini (sabio), como se le conocía, cuya fotografía de gran formato se encontraba en medio de las escalinatas del lobby del recinto de mármol, con una alfombra roja que esperaba el féretro del homenajeado, que llegó a las 12:00 horas.

En medio de aplausos se recibió el ataúd de León-Portilla, al cual la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, colocó la bandera de México y entre los asistentes se encontraba Beatriz Gutiérrez Müller, quien acudió en representación del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para darle “un abrazo a Cnohinta), Asunción Hernández, viuda del historiador, quien junto con su hija, María Luisa León-Portilla, recibió el pésame de los presentes.

"Despedimos al gran Tlamatini"

Con la voz entrecortada al inicio de su intervención, Frausto Guerrero destacó: “Hoy estamos despidiendo al gran Tlamatini, en el Palacio de Bellas Artes que abre sus puertas para uno de los grandes. Despedimos a un sabio, no a cualquier sabio, un sabio generoso que supo sembrar el amor al conocimiento, al estudio, pero sobre todo el amor a este México diverso, extraordinario”.

La funcionaria dijo que desde temprana hora había gente esperando entrar a Bellas Artes para decir adiós a “un estudioso que nos acercó la filosofía, la historia, la antropología, la lingüística y la literatura de las lenguas originarias de México, que dio al mundo uno de los panoramas más profundos del mundo indígena latinoamericano”.

Posteriormente catalogó a León-Portilla como “uno de los más grandes maestros, siempre conservó la mirada de niño, la mirada curiosa de un joven alumno, así lo demostró siempre con su curiosidad, su gran sonrisa, su manera tan accesible de transmitirnos mundos tan lejanos, tendiendo puentes, desde lo más ancestral, para que resonaran en la actualidad, como parte de nuestras vidas. Dio voz a los vencidos, destapó un cesto que se mantenía cerrado y lo puso sobre la mesa para que supiéramos que ahí había un pensamiento filosófico, literatura indígena y erotismo”.

La secretaria de Cultura nombró al homenajeado como un hombre de instituciones, que tuvo una familia ejemplar y que amó la vida hasta el último instante, “se aferró a ella con gozo, con sabiduría, siempre hasta el último momento, sabiendo que quería decir más, legar más de esta palabra eterna que hoy recibimos”.

"México perdió a uno de sus grandes hombres"

Posteriormente, el rector de la UNAM, Enrique Graue, señaló: “México ha perdido a uno de sus grandes hombres y la UNAM a uno de sus más ilustres miembros”.

“Se fue físicamente, pero nos deja su permanente sonrisa, su inmensa empatía por la humanidad, su libertad de pensamiento y su indomable espíritu de indagación. Fue gracias a su ánimo de comprensión de tolerancia y al respeto que lo caracterizaba, que Don Miguel pudo comprender a la otredad a través de las diferencias, nos enseñó un camino para construir uno nuevo a partir del encuentro de dos culturas, de orígenes distintos, de conductas diferentes y de ánimos encontrados, nos enseñó que del encuentro de esos dos mundos puede nacer una nueva raza que transforme el sentido de nuestra nación.

Recordó que el doctor Portilla fue profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM desde 1957 y que recibió a lo largo de su vida más de tres decenas de doctorados Honoris Causa de universidades de México América Latina, Estados Unidos, Europa e Israel, con más de 150 condecoraciones y premios.

Graue Wiechers manifestó que la función intelectual de León-Portilla fue vastísima con más de 500 artículos de investigación y cerca de medio centenar de libros de los cuales, 31 fueron traducidos en distintas lenguas.

“Su visión de los vencidos, obra cumbre, se publicó por vez primera en la UNAM hace 60 años, ha sido traducida más de 20 idiomas con un tiraje acumulado de más de 600 mil ejemplares, por eso la UNAM está de luto por su partida. Hoy nos unimos al dolor de su esposa, se queda con nosotros ese gran universitario, el escritor, el lingüista, el historiador de historiadores el académico, el consejero, el hombre justo, el defensor y el universitario”, concluyó.

Entre poemas de distintas lenguas originarias, música indígena, danzantes y videos de su prolífica trayectoria se realizó el homenaje en cuerpo presente del doctor Miguel León-Portilla en el Palacio de Bellas Artes.

Las puertas del máximo recinto cultural se abrieron desde las diez de la mañana para celebrar al historiador como un hombre ejemplar, humanista y de gran conocimiento.

A la hora señalada comenzaron a llegar los asistentes al tributo de Tlamatini (sabio), como se le conocía, cuya fotografía de gran formato se encontraba en medio de las escalinatas del lobby del recinto de mármol, con una alfombra roja que esperaba el féretro del homenajeado, que llegó a las 12:00 horas.

En medio de aplausos se recibió el ataúd de León-Portilla, al cual la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, colocó la bandera de México y entre los asistentes se encontraba Beatriz Gutiérrez Müller, quien acudió en representación del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para darle “un abrazo a Cnohinta), Asunción Hernández, viuda del historiador, quien junto con su hija, María Luisa León-Portilla, recibió el pésame de los presentes.

"Despedimos al gran Tlamatini"

Con la voz entrecortada al inicio de su intervención, Frausto Guerrero destacó: “Hoy estamos despidiendo al gran Tlamatini, en el Palacio de Bellas Artes que abre sus puertas para uno de los grandes. Despedimos a un sabio, no a cualquier sabio, un sabio generoso que supo sembrar el amor al conocimiento, al estudio, pero sobre todo el amor a este México diverso, extraordinario”.

La funcionaria dijo que desde temprana hora había gente esperando entrar a Bellas Artes para decir adiós a “un estudioso que nos acercó la filosofía, la historia, la antropología, la lingüística y la literatura de las lenguas originarias de México, que dio al mundo uno de los panoramas más profundos del mundo indígena latinoamericano”.

Posteriormente catalogó a León-Portilla como “uno de los más grandes maestros, siempre conservó la mirada de niño, la mirada curiosa de un joven alumno, así lo demostró siempre con su curiosidad, su gran sonrisa, su manera tan accesible de transmitirnos mundos tan lejanos, tendiendo puentes, desde lo más ancestral, para que resonaran en la actualidad, como parte de nuestras vidas. Dio voz a los vencidos, destapó un cesto que se mantenía cerrado y lo puso sobre la mesa para que supiéramos que ahí había un pensamiento filosófico, literatura indígena y erotismo”.

La secretaria de Cultura nombró al homenajeado como un hombre de instituciones, que tuvo una familia ejemplar y que amó la vida hasta el último instante, “se aferró a ella con gozo, con sabiduría, siempre hasta el último momento, sabiendo que quería decir más, legar más de esta palabra eterna que hoy recibimos”.

"México perdió a uno de sus grandes hombres"

Posteriormente, el rector de la UNAM, Enrique Graue, señaló: “México ha perdido a uno de sus grandes hombres y la UNAM a uno de sus más ilustres miembros”.

“Se fue físicamente, pero nos deja su permanente sonrisa, su inmensa empatía por la humanidad, su libertad de pensamiento y su indomable espíritu de indagación. Fue gracias a su ánimo de comprensión de tolerancia y al respeto que lo caracterizaba, que Don Miguel pudo comprender a la otredad a través de las diferencias, nos enseñó un camino para construir uno nuevo a partir del encuentro de dos culturas, de orígenes distintos, de conductas diferentes y de ánimos encontrados, nos enseñó que del encuentro de esos dos mundos puede nacer una nueva raza que transforme el sentido de nuestra nación.

Recordó que el doctor Portilla fue profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM desde 1957 y que recibió a lo largo de su vida más de tres decenas de doctorados Honoris Causa de universidades de México América Latina, Estados Unidos, Europa e Israel, con más de 150 condecoraciones y premios.

Graue Wiechers manifestó que la función intelectual de León-Portilla fue vastísima con más de 500 artículos de investigación y cerca de medio centenar de libros de los cuales, 31 fueron traducidos en distintas lenguas.

“Su visión de los vencidos, obra cumbre, se publicó por vez primera en la UNAM hace 60 años, ha sido traducida más de 20 idiomas con un tiraje acumulado de más de 600 mil ejemplares, por eso la UNAM está de luto por su partida. Hoy nos unimos al dolor de su esposa, se queda con nosotros ese gran universitario, el escritor, el lingüista, el historiador de historiadores el académico, el consejero, el hombre justo, el defensor y el universitario”, concluyó.

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