Una de las historias más icónicas de la entrada de las tropas revolucionarias de Francisco Villa y Emiliano Zapata a la Ciudad de México fue la que se dio en el restaurante capitalino La Opera, donde supuestamente el "Centauro del Norte" habría disparado al techo de éste, el cual aún se puede ver en la actualidad.
Tras el derrocamiento en julio de 1914 del golpista y perpetrador de la Decena Trágica, Victoriano Huerta, las facciones revolucionarias decidieron reunirse para detallar quién sería el presidente en turno tras el exilio de "el Chacal". A dicha reunión se le conoció como la Soberana Convención Revolucionaria de Aguascalientes realizada en octubre del mismo año.
En la Convención, se asumió la soberanía de esta y se decidió que ni Carranza, Villa o Zapata podían o debían terminar en la silla presidencial. Decisión que molestó al primero de ellos, generando la primer intriga tras la caída del huertismo.
En cambio, en Aguascalientes se designó como presidente interino de la República al constitucionalista Eulalio Gutiérrez, quien dio inicio a la discusión del programa revolucionario como reformas sociales, económicas y políticas que se ganaron con la Revolución.
La Convención no terminó por consolidarse como se tenía pensado, pues Carranza sacó a relucir sus ambiciones políticas y rechazó el acuerdo alcanzado entre los revolucionarios. Por ello, la causa se fracturó, creando un nuevo conflicto.
Villistas y zapatistas llegan a CDMX
El 4 de diciembre Villa y Zapata se encontraron en Xochimilco al sur de la Ciudad de México y territorio zapatista, ambos convencionalistas estaban de acuerdo en que ningún militar podía quedar como presidente y que debían cumplir con lo estipulado en Plan Ayala, específicamente en el reparto de tierras. Sin mencionar que planificaron preparativos para combatir a los constitucionalistas.
Así, durante la madrugada 6 de diciembre, una columna enorme de villistas y zapatistas marcharon hacia el Centro Histórico, hecho en el que algunos historiadores lo describen como una masa de soldados o "turba", desfilaron a pie y a caballo.
Este evento sin precedentes denotó la gran influencia que aún mantenían ambos bandos en un afán de persuasión en contra del Ejército Constitucionalista.Señala el sitio web del Gobierno de México
Aproximadamente a las 10:00 horas entraron a la capital, pasando por lugares icónicos de la capital como la entonces llamada avenida Tlacopan, ahora México-Tacuba, avenida Juárez, la Alameda Central y finalmente llegaron a la Plaza de Armas a través de la calle antes llamada como Plateros y que 2 días después fue renombrada como Francisco I. Madero, reconocimiento que hizo Villa tras derramar lágrimas en su visita al mausoleo del expresidente.
En Palacio Nacional ya esperaban a Villa y Zapata el Presidente Eulalio Gutiérrez y embajadores de distintos naciones del mundo como el de:
Guatemala
Brasil
Francia
Suecia
Alemania
China
Japón
España
Chile
Honduras
Cuba
Inglaterra
Países Bajos
Nicaragua.
Ahí se dieron un banquete, momento en el que capturaron una de las fotos legendarias de la Revolución Mexicana, Pancho Villa sentado sobre la Silla del Águila presidencial. Cabe mencionar que Zapata se negó a sentarse sobre ella.
¿Qué hizo Pancho Villa en el Bar Opera?
Durante su estancia en la capital mexicana, Pancho VIlla habría visitado el restaurante bar La Opera, lugar en el que quedaría registrado otro épico momento.
Sin mucha certeza de las versiones que hay, se dice que Pancho Villa disparó en el techo debido a que estaba hablando pero nadie de los presentes lo escuchaba por el bullicio generalizado, por lo que, se desesperó y por ello habría pegado un tiro en las inmediaciones del lugar. Comentar que Villa no tomaba alcohol, por lo que la bebida no influyó en su acción.
El sitio web de la Opera no especifica ni rectifica ninguna versión, sólo menciona lo siguiente:
"La intempestiva visita del general Francisco Villa, que haciendo sentir su poder disparó su pistola y un tiro quedó incrustado en el techo", se puede leer en el sitio web del restaurante.
La Opera es un restaurante tradicional y antiguo de la Ciudad de México, su origen se remonta a 1876, fundado por las hermanas francesas Boulangeot, cabe mencionar que inicialmente fue una pastelería dirigida a personas de la alta sociedad.
En 1895 el restaurante cambió su ubicación y se instaló en la esquina de 5 de Mayo y Filomeno Mata, cambiando de pastelería a bar. Dicho lugar era concurrido por Porfirio Díaz y políticos porfiristas.
El mismo restaurante señala que "cuando todo se apaciguó, La OPERA volvió a tener clientela distinguida".