La utopía robótica de Asimov

Contraviniendo las leyes que deben regir a los robots, establecidas por el autor de origen ruso, las máquinas “asesinas” ya son una realidad y ahora se busca regularlas

Mario Alavez | El Sol de México

  · viernes 31 de enero de 2020

ISAAC ASIMOV. Diez años después de su muerte, su viuda reveló que fue por SIDA.

Los fanáticos de la ciencia ficción tienen una parada obligada en Isaac Asimov, uno de los tres grandes novelistas del género de mediados del siglo pasado, junto con Arthur Clarke y Robert Heinlein.

Pensar en el mundo de los androides y cómo evitar que la inteligencia artificial tome decisiones sobre la vida de otro humano es una concepción que todavía nos aterra.

Es más, es una lucha ética que tiene a los gobiernos de China y Estados Unidos (y algunos otros) en una nueva carrera armamentista, esta vez, con robots asesinos, como si se tratara de una película de Terminator.

Pero en el mundo de Asimov reinaba la utopía, los androides eran los que superaban la inteligencia de las personas y pretendían esclavizar a la humanidad, pese a la creación de las tres leyes.

Asimov, hijo de migrantes rusos, llegó a Estados Unidos a los tres años, es considerado el padre de la palabra “robótica”, a partir de su obra más famosa Yo, Robot, publicada en 1950.

En esta novela, una compilación de cuentos sobre la humanidad y las máquinas incluye la visión de las “tres leyes fundamentales de la robótica”.

La primera ley establece que los robots no pueden lastimar a los humanos o dejar que se lastimen sin tomar acción.

La segunda estipula que los robots deben obedecer las órdenes de los humanos, siempre y cuando no entren en conflicto con el punto anterior.

La última de las leyes señala que un robot debe proteger su existencia, mientras no entre en conflicto con las dos reglas anteriores.

A 100 años del nacimiento de Asimov, el debate no se centra en qué tanto puede avanzar la inteligencia artificial, sino sobre la creación de robots diseñados para tomar decisiones sobre la vida de otras personas, una discusión que lleva poco más de dos años en los niveles más altos y que contraviene a la idealización de la tecnología en las leyes de la robótica del autor estadounidense.

Desde el 13 de noviembre de 2017, el tema se puso en la mesa de la Organización de las Naciones Unidas, momento en el que se planteó su prohibición total.

El grupo conocido como Convenio sobre Ciertas Armas Convencionales señaló que la proliferación de estos dispositivos representa la tercera revolución armamentista.

"Una vez desarrolladas, permitirán que las guerras adquieran proporciones nunca vistas y más rápido de lo que los seres humanos pueden comprender. Esas máquinas mortales –no personas– decidirán sobre la vida y la muerte", señaló el grupo en las conclusiones del encuentro en Ginebra, Suiza, que duró una semana.

Desde entonces, la discusión es constante en esa y otras cumbres internacionales, con esfuerzos que han llegado a las protestas afuera de las instalaciones de los organismos más importantes.

Actualmente, China, Israel, Corea del Sur, Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos son pioneros en el uso de armas totalmente autónomas, como los drones armados, controlados remotamente por un humano.

Según un artículo de Human Rights Watch, estos países invierten fuertemente en aplicaciones militares de inteligencia artificial (IA) con el objetivo de obtener una ventaja tecnológica en la autonomía de la próxima generación en el campo de batalla.

“Estos son los mismos países que se resisten a las demandas de decenas de Estados que solicitan un nuevo tratado de prohibición para garantizar un control humano significativo sobre el uso de la fuerza, mientras que descalifican los esfuerzos para regular los robots asesinos como ‘prematuros’ y rechazan las preocupaciones de que estas armas amenacen el derecho a la vida y los principios de la dignidad humana, o que no cumplan con los estándares del derecho internacional, incluidas las normas de distinción, proporcionalidad y necesidad militar”, detalla el artículo.

Otras visiones de Asimov

Además de sus textos sobre robots, Asimov se concentró en viajes espaciales y temporales.

Su trabajo sobre los viajes en el tiempo se refleja en la saga de La Fundación, integrada por 16 volúmenes que representan una visión hacia el futuro desde la percepción del Isaac Asimov de las décadas de 1940, 1950, 1980 y los dos años que vivió en la de 1990.

Pero el autor nacido en Rusia incluyó en su literatura la narrativa histórica, principalmente desde el punto de vista bélico y político, a través de 14 volúmenes que contaron periodos como los de las civilizaciones griega, egipcia, romana, la Edad Media, la fundación de Estados Unidos, entre otros lapsos.

Además, en las décadas de 1960 y 1970 publicó artículos de divulgación científica con temas que incluían química, física, astronomía, biología, historia y matemáticas.

La ciencia ficción y la literatura en general eran su pasión, pero también tenía un título universitario en bioquímica, que ejerció apenas un par de años durante la Segunda Guerra Mundial, pues su trabajo literario le dejaba más dinero que el académico.


Quién

  • Isaac Yúdovich Asimov
  • Nacimiento 2 de enero de 1920, Petrovich, Rusia
  • Muerte 6 de abril de 1992, NY, Estados Unidos

Obras destacadas

  • La Saga de la Fundación
  • La Serie de los robots
  • Anochecer
  • Nueva guía de la ciencia
  • Yo, robot
  • Asimov escribió más de 50 relatos de ciencia ficción