La desigualdad social, la indiferencia de los ricos y los poderosos hacia los pobres, la violencia contra la mujer, la ignorancia y la intransigencia de los políticos toman forma de bestia, igual en siglos pasados que en el presente, en México o España. Es la decadencia de una sociedad en crisis manifiesta en diversas caras de una bestia.
La bestia es también la novela firmada por Carmen Mola, seudónimo de Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Santos Mercero, guionistas de series televisivas, quienes desde 2017 fusionan su narrativa en una sola voz y experimentan la escritura a seis manos. La novela, la cuarta firmada por Carmen Mola, ganó el Premio Planeta 2021.
El relato, con una narración visual al estilo cinematográfico, retrata a Madrid en 1834, momento de crisis social, económica y de seguridad que pone sobre la mesa una reflexión sobre qué tanto ha evolucionado la sociedad si hace más de 100 años ya se padecían los feminicidios, la corrupción, el hambre, la desigualdad y la violencia.
“La bestia es las muchas caras del horror, del miedo, que se van cristalizando en las otras bestias como la desigualdad social, la indiferencia hacia los pobres, la ignorancia, la intransigencia política. Es la muerte que salía muy barata en un año de epidemia de cólera”, definió Antonio Santos, en entrevista previa a la presentación de la novela, que se realizó anoche en la Ciudad de México.
“El suceso fundacional de La bestia fue cuando echamos una mirada al pasado, y llegamos al siglo XIX que es muy importante y poco tratado, y es un siglo con mucho conflicto; encontramos la matanza de frailes en Madrid, no sabíamos que el pueblo de Madrid se levantó en protestas hasta matar al menos 80 frailes, entonces nos enamoramos de ese año, 1834, porque te das cuenta de que hubo muchos conflictos o que Madrid estaba en crisis entre quienes querían mantenerse en el pasado y quienes veían al futuro”, recalcó Agustín Martínez.
La novela narra el drama de una joven de 14 años que busca a su hermana menor desaparecida, otra más de la zona; mientras la ciudad de Madrid está sitiada debido a una epidemia de cólera que tiene a la población en la mayor de las desesperanzas. En la búsqueda, se develan más enigmas como el linchamiento de 80 frailes a manos de los madrileños, y en ese caos, la gente sólo atina echarle la culpa a la bestia, un ser tan enigmático como ficcional.
“Cuando vas leyendo la novela te das cuenta que así como sufrimos hoy y tenemos una pandemia, violencia y pobreza, que nos hace pensar que somos los únicos que sufrimos, hubo gente en el pasado que sufrió igual o más porque en ese entonces la ciencia no estaba tan avanzada. Entonces da la sensación de que cualquier época del pasado es el espejo de otra más reciente”, añadió Jorge Díaz.
“Aunque trata del pasado y se está hablando de sucesos del pasado, en realidad hay un diálogo con el presente y se nota en muchos aspectos, pero el más evidente es la epidemia de cólera que en Madrid se tomaron medidas muy similares a las actuales por la pandemia reciente, también hablamos de la violencia contra la mujer y otros temas actuales”, añadió Antonio Santos.
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Sobre el ejercicio de escribir en colectivo, los autores afirmaron que es, además de un experimento, un acto de desapego a la individualidad y una apuesta por la cofradía donde el ego se desvanece. El proceso no difiere mucho: se reúnen en largas sesiones para decidir la estructura de la novela, y cada uno desarrolla una sección para luego hacer un proceso de reescritura hasta conseguir una voz homogénea.
“Somos los escritores fantasmas de Carmen Mola, ella es la autora. El seudónimo es un disfraz y no puedes usar uno que te descubra, por eso elegimos este nombre sin ningún referente. El experimento era que desapareciera el autor sin importar si quien firma la obra es hombre o mujer o incluso un algoritmo”, concluyó Jorge Díaz.