Con más de una decena de libros publicados, Javier Cercas (España, 1962) confiesa que disfruta mucho de la literatura que no parece literatura. Esa narrativa que es vista como crónica, o un ensayo, o incluso una auto descripción que en el trasfondo es un reflejo de la compleja realidad del ser humano.
“Lo que hace la literatura es explorar la infinita complejidad de los seres humanos, y los novelistas nos dedicamos a describirla. Esta novela sí tienen una dimensión política”, acotó el autor español durante la presentación virtual de su más reciente novela Independencia, la segunda entrega de las hazañas del detective Melchor Marín quien nació en el libro Terra Alta (2019).
Cercas precisó que la literatura siempre tiene una utilidad, en el sentido social y educativo, en la medida en que éste no sea su objetivo principal. Por lo que aseguró que sus novelas sirven de plataforma para la reflexión sobre el presente sin que sea su objetivo a priori cuando las escribe. Su labor como escritor, dijo, es reinventarse constantemente.
“Estoy aquí con estos libros por la voluntad de renovarme como escritor, cuando terminé de escribir El monarca de las sombras, un libro muy importante para mí, corría el mayor peligro de un escritor, que es repetirse, en ese momento está muerto, esa es una catástrofe y por eso hubo en mí un deseo de reinvención porque sabemos que en un mundo feliz no habría buena literatura”, añadió el novelista en conversación con Emiliano Monge, escritor mexicano.
El autor también confesó que este proyecto de construir una gran novela sobre el detective Melchor Marín, dividida en tres entregas, resultó del encierro obligado por las revueltas independentistas en Barcelona durante 2017. Fue el llamado Otoño Catalán cuando grupos separatistas intensificaron su solicitud de independencia y las revueltas lo mantuvieron encerrado.
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“Para mí hay un antes y un después de ese otoño de 2017, y la furia, el dolor, el coraje de esa oscuridad que hay en estos libros son resultado de lo que estalló en esa crisis que nos puso al límite, y gracias a estas novelas no estoy encerrado en una prisión”, añadió.
La novela se desarrolla en la Barcelona del futuro, en el 2025. Un escenario donde hay persecución política, corrupción, coraje y traición que bien podría catalogar el relato en el género de la literatura policíaca que, a decir de Cercas, goza de humildad para ser el gran género de la novela.