La Organización Editorial Mexicana trae para ti “Cuentos desde mi ventana”, un audiolibro producido por el equipo editorial de Amonite, una plataforma de ciencia, tecnología, medio ambiente e inclusión social que cuentan muchas historias, desde las que puedes leer y tocar en papel, hasta las que puedes escuchar y ver desde un dispositivo.
Quitzé Fernández, Director de Amonite, platicó que la idea nació porque a su amiga Haydeé Santillán se le ocurrió grabar historias para que los niños, niñas y sus papás pudieran entender por qué estamos encerrados en casa ante la amenaza de un virus llamado Covid-19. A ellos se les unieron otro par de amigos, José Juan y Jess. Juntos nos cuentan la historia de una niña llamada Haydeé, que tiene seis años de edad y está aburrida en casa.
Pese a todo, Haydeé sueña y juega, pregunta y sus papás le explican cómo es ahora el mundo que habita, un mundo donde no puede salir a la calle. Ahora tiene que cuidarse y extraña al sol y a las nubes, imaginar bailar ballet y hace nuevas amigas a través de la ventana, también inventa súper héroes que acabarán con el virus para finalmente salir todos a jugar y ser felices como antes.
Aunque la felicidad para ella es estar con sus papás y la fantasía que acompaña el día a día. “Cuentos desde mi ventana” es un proyecto que incluye 12 historias, por el momento hay 5 en la página www.amonite.com.mx y con el paso de los días se irán sumando más.
Capítulo 1:
La larga espera
Todas las mañanas levanto la cortina de la ventana y busco en las ramas de los árboles a los pájaros que llegan de diferentes partes del mundo, y me pregunto: ¿las aves no están en cuarentena si han volado por diferentes ciudades?
Hacen pin, hacen cloc; cantan al sol, a las flores y a los insectos que salen de todas partes.
Capítulo 2
Un viaje alrededor de mi habitación
Al abrir mis ojos esta mañana, la casa permanecía quieta, en completo silencio. No se escuchaban platicas, ni el ruido que producen los platos cuando chocan entre si al moverlos, ni las cacerolas que utiliza mamá cuando prepara el desayuno. Entonces me di cuenta que todos seguían dormidos y yo había despertado mucho más temprano que de costumbre.
Capítulo 3:
Las risas de al lado
Una vez más escuché las risas que se colaban por mi ventana. No es la primera vez que aparecen. Pero sí fue la primera vez que me asomé para ver mejor a la niñita que desde hace unos días sube a jugar en la terraza del edificio de al lado. Me quedé observándola por un rato, pero me dio vergüenza saludarla, hasta que mi mamá me dijo que me alejara de la ventana y no molestara a los vecinos.
Capítulo 4:
La música de los vecinos
Al principio pensé que era una casualidad. Esa música de piano sonando por las mañanas, después del desayuno, pero luego se escuchó al otro día, y al día siguiente también. Terminé por darme cuenta pronto: mi vecino de al lado es músico, y nadie lo sabía.
Capítulo 5
El Capitán Cubrebocas
No sé cómo sería esta cuarentena sin la gran ventana de la sala de mi casa. Comienza en el piso y casi llega al techo. Las cortinas son viejas, amarillentas, pero permiten el paso de la luz del día. Mi mamá dice que es suficiente para que sus plantas puedan crecer, y yo creo que tiene razón, porque han crecido tanto, que cubren buena parte de la pared.