El escritor y boxeador transexual Thomas Page McBee descubrió, a base de golpes en el cuadrilátero y de hacerse preguntas, las partes tóxicas de la masculinidad dominante en Occidente, que ahora deconstruye en el libro Un hombre de verdad.
Debutó en la literatura en 2014 con el galardonado Man alive y se convirtió en el primer boxeador transexual en combatir en el Madison Square Garden y, ahora, Thomas Page McBee deja los guantes para volver a las librerías con un volumen que ahonda en lo que significa ser hombre.
"No existe un hombre de verdad, eso es algo que aprendí cuando estaba escribiendo el libro. De hecho, la frase 'un hombre de verdad' viene del siglo XIX. Siempre ha sido utilizada por gente que está en posición de poder describir a los hombres que están haciendo el trabajo duro", explica McBee.
Aunque esa concepción de la masculinidad "verdadera" lleva impregnada en la sociedad mucho más que un par de siglos, matiza McBee: "Casi desde el principio de la civilización occidental, que siempre ha sido un patriarcado.Ese es uno de los grandes problemas con la masculinidad: siempre tienes que intentar ser algo, en lugar de ser tú mismo", añade.
Ese deseo de ser uno mismo lo conoce de sobra y es, en parte, uno de los detonantes de Un hombre de verdad, editado en español por Temas de hoy.
"Empecé la transición hormonal cuando tenía 30 años, así que tenía toda una vida antes de mi transición. Y esto es importante: antes yo no era una mujer, era una persona masculina y andrógina. Pero aún así experimentaba muchas de las cosas que creo que experimentan las mujeres", relata.
No siempre se sentía seguro caminando por la noche, la gente le interrumpía en las conversaciones, se enfrentó a la homofobia... Pero todo fue "más fácil" cuando empezó su transición, en 2011.
"Tenía muchos más privilegios, ganaba más dinero, me encontraba más seguro en el mundo, especialmente siendo un hombre blanco en América... Pero, por otro lado, muchas cosas eran tristes para mí", comenta el también periodista de publicaciones como The New York Times, Playboy y Glamour.
Escribió reportajes sobre la crisis global de la masculinidad en los que narraba el incremento de la violencia entre los varones, los elevados ratios de suicidio en el género masculino o una "epidemia de la soledad" entre hombres.
"Yo sentía muchos de esos sentimientos en mi propias carnes simplemente por ser un hombre. A pesar de que me sentía feliz en mi propio cuerpo, me sentía infeliz acerca de mi lugar en el mundo", lamenta.
En 2014, cuando su madre falleció y él atravesaba el duelo, sintió que las personas que lo rodeaban no podían lidiar con sus emociones, una frustración que se unió a que durante tres meses los hombres "intentaban pelearse" con él por las calles de Nueva York.
Fue entonces cuando empezó a preguntarse por qué se pelean los hombres, el germen de este libro y de su incursión amateur en el boxeo: "Tuve el derecho de ser un principiante y entonces pude reclamar de nuevo mi propia masculinidad".
Ese descubrimiento de la identidad en un mundo binario es Un hombre de verdad, un viaje colectivo que debería cuestionarse desde la infancia, cuando el mundo empieza a dividirse en rosa o azul o se escuchan lapidarias frases como "los niños no lloran", dice.
"Los hombres a veces se ponen a la defensiva porque piensan que tóxico es un adjetivo que se aplica a toda la masculinidad. Siempre aclaro que es un conjunto de comportamientos socializados que los niños aprenden de pequeños", sostiene.
Construcciones sociales como la estructura binaria de hombre y mujer, concluye McBee: "Creo que la identidad del género es innata para cada persona. Lo que a mí me da miedo es que cuando hablamos de género estamos hablando de poder, no de identidad, y todos seríamos muchos más libres si pudiésemos hablar de identidad".