GUADALAJARA, Jal. INFORMEX.- En la parte superior de la portada se lee Olga Cecilia Vega. Corresponsal de Guerra. El título del libro: Pluma bajo fuego. Se trata de la historia novelada de una periodista al cubrir conflicto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La palabra miedo, no existió para ella.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Vega, participante en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), donde ayer presentó la citada publicación, comenta que cuando uno es periodista y pertenece al género femenino, “se olvida del salón de belleza, de la comodidad de una cama”, expresa quien se encuentra exiliada de Colombia y vive en Argentina, va por el mundo a diferentes países para dar clases de comunicación, así como charlas sobre derechos humanos, entre ellos los de las féminas.
Las mujeres tenemos que hacernos respetar, nadie tiene que pisotearnos, debemos unirnos en una sola verdad, no dejar que nos usen, el medio del periodismo es fuerte, competitivo. Hay que trabajar para nuestra voz sea respetada
La colombiana es de menuda figura. Le han dicho “cómo tan chiquita que se ve, frágil, se enfrentó a algo a tan fuerte como la guerrilla”, cuenta en entrevista para Organización Editorial Mexicana (OEM).
“Me decidí a investigar para saber quiénes eran, y cuál era la razón de tanto derramamiento de sangre”, expresa la única corresponsal de guerra de Colombia, quien puso en peligro su vida con su trabajo periodístico, debido a que fue amenazada por diversos organismos y después fue secuestrada por las FARC. Expresa que fue artífice para la liberación de Ingrid Betancourt y otras personas que estaban en cautivas.
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La autora de Raúl Reyes. Si la montaña hablara que fue un best seller tardó 10 años en decidirse en publicar Pluma bajo fuego cuyo carácter es autobiográfico “fui madre a los 17, el hombre que me dejó embarazada no lo volví a ver hasta que lo encontré como uno de los elementos de la FARC, llamado Iván Ríos, pero su verdadero nombre era Manuel de Jesús Muñoz Ortiz. Fue asesinado, por eso este libro tiene todos los elementos para ser una novela, hay amor, secretos, muerte y dolor”.
Vega menciona que es lo que experimenta al cubrir un conflicto bélico: “mucha adrenalina, cuando uno está haciendo un trabajo de campo, tiene que olvidarse de los sentimientos de temor, de nerviosismo, de frío, calor de tristeza, ausencia, porque estás sola exponiendo tu vida, te pones la máscara de hierro pero no sabes si regresas a casa.
“Cuando cubría la guerrilla yo salía con fe y positivismo”, concluyó.