MADRID, España.- A sus 78 años, Francis Ford Coppola sigue explorando formas de revolucionar el cine. El creador de The godfather o Apocalypse now apuesta ahora por "el cine en vivo", una nueva disciplina sobre la que reflexiona en un libro, "El cine en vivo y sus técnicas", que se acaba de publicar en español.
"El propósito de este libro no es recrearme en la nostalgia (...), sino explorar este nuevo medio, descubrir en qué se diferencia de otras formas creativas, cuáles son sus virtudes y requerimientos y, sobre todo, aprender a utilizarlo y enseñarlo", escribe el cineasta, ganador de ocho premios Oscar.
El libro, publicado por Reservoir Books, es una especie de manual que parte de dos talleres experimentales que Coppola realizó en la universidad de Oklahoma en 2015 y en la de Los Ángeles un año después, en los que utilizó secciones de su obra en curso Dark Electric Vision.
La meta final, señala, es realizar "algún día una producción de cine en vivo" a partir de ese guion.
Dark Electric Vision es un guion de más de 500 páginas que se propone dividir en seis entregas y que sigue a tres generaciones de una familia italoamericana a través de la concepción, nacimiento e historia de la televisión.
Autor de algunas de las películas más importantes de la historia del cine, en los últimos años Coppola se ha inclinado por la experimentación en títulos como Youth without youth" (2007), Tetro (2009) o Twixt (2011), pero su actual proyecto parece el más ambicioso hasta la fecha.
El "cine en vivo" se propone redefinir el lenguaje y la narrativa audiovisual a partir de proyecciones en directo. La visión del director sobre este medio está trufada de observaciones personales y el repaso de algunos de sus triunfos y fracasos, de modo que el libro funciona en parte como "una suerte de autobiografía".
Coppola escribe sobre las primeras décadas del cine, recuerdos de su fascinación con los programas de televisión en directo en la década de los 50, reflexiones sobre la dirección de actores o comentarios sobre la tecnología audiovisual más puntera.
Recuerda, por ejemplo, que siendo niño, cuando la polio le dejó paralizado, estuvo "preso" durante un año en su habitación, con el televisor como principal entretenimiento.
También hace una firme defensa del cine digital, pese a que entre los cineastas renuentes a abandonar el celuloide se encuentra su propia hija, Sofia Coppola, una inclinación, dice, "conmovedora y comprensible". EFE