A pesar de que el escritor Juan Villoro jamás realizó un examen extraordinario en su época de estudiante, sí pasa revista a su propia literatura. Una relectura no egocéntrica sino analítica para reencontrarse consigo mismo, con el novelista y cuentista de años pasados.
De esa revisión a sus escritos nació "Examen extraordinario" (Almadia/FCE), su más reciente compilación de cuentos. Una selección de diez breves relatos escritos en los últimos 30 años de producción literaria que en el fondo hacen una suerte de prueba, de examen, a la narrativa del autor.
En la presentación del libro, vía streaming, en el marco de la XX Feria Internacional del Libro del Zócalo, Juan Villoro confesó que los cuentos seleccionados son una suerte de biografías de personajes ficticios que bien podrían servir de espejos del lector.
“Estas historias son hojas de vida, historias de personajes que están a prueba. Cada cuento es una pequeña biografía, personajes distintos, de distintas clases sociales, a veces hombres o mujeres de diferentes edades, y en estas historia hay ese momento, donde los personajes sienten esa oportunidad de vida, de tener que dejar hacer algo o continuar, una examen extraordinario”, reflexionó el autor al precisar que dos de los relatos son inéditos: “Acapulco, ¿verdad?” y “Marea alta”.
Acompañado por los escritores Mariana H y Jorge Comensal, el también autor de "El Apocalipsis (todo incluido)" señaló que le resulta complejo ejercer un autoexamen de su literatura, pero cuando descubre la extrañeza en sus novelas, ensayos y cuentos significa que estos han adquirido vida propia y, entonces, se considera un escritor completo. “Esa extrañeza es la prueba de que el texto ha tomado una autonomía que le da vida”, puntualizó.
Jorge Comensal añadió que si bien los relatos parecieran ser historias comunes, en realidad se tratan de casi pruebas sicológicas de diferentes personajes en tiempos y espacios diversos. “En estos cuentos no cuesta trabajo encontrar personajes estrafalarios, el torero lector, el mariachi extravagante. Todo esto es muy simpático, pero en el fondo es secundario, lo más relevante es que más allá del conflicto narrativo, lo que hay en la obra narrativa es una disección moral de los personajes. Un examen biográfico, psicológico”, describió.
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