Inspirado en la película homónima del director polaco Andrzej Wajda, Juan Villoro gestó su nueva novela, titulada "La tierra de la gran promesa", la cual presentó este sábado en la Fiesta del Libro y la Rosa.
El escritor, quien estuvo acompañado por los editores Jacobo Dayán y Socorro Venegas, explicó que si bien aborda el tema de la violencia como muchas otras novelas, él agrega elementos poco abordados incluso en los medios de comunicación.
"Quise adentrarme en las estadísticas secretas que rara vez se tocan, en todo cataclismo histórico y situación de tensión existen otras cosas que también duelen y lastiman. Cuántas personas tienen crisis personales, cambian de pareja, dejan su trabajo, este tipo de repercusiones íntimas no figuran en el discurso público porque no son tan trascendentes", dijo.
El libro narra la historia de "Diego González", un documentalista que habla dormido, quien se muda a Barcelona en un intento por huir de su pasado. Sin embargo, estando ahí se reencontrará con "Adalberto Anaya", un periodista que lo ha vigilado durante años, y lo culpa de haber hecho un documental para entregar a un narco.
El también periodista reveló que inicialmente el proyecto surgió como un guion para una serie de televisión, que nunca llegó a concretarse, pero se sintió tan conectado con la historia que decidió convertirla en un libro.
Aunque la trama se desarrolla en 2014, la violencia que retrata sigue muy vigente, y al parecer ya se convive como un estado natural en este país. Al respecto, Juan opinó que ese es precisamente el estado añorado que se busca constantemente.
"Debemos entender que la tierra de la gran promesa es el horror que nos consta, no es algo más allá, es el infierno que tenemos, pero podemos modificar. Aceptar esa realidad es un acto de rebeldía, de decir todo está mal algo podemos hacer distinto".
Sin revelar spoilers, adelantó que el final arroja luces de esperanza, pues considera que ésta es algo que se construye día con día, y nunca es demasiado tarde para solucionar la situación.
"Me parecía que la novela debía terminar con un punto de esperanza para las futuras generaciones. Me parece un poco narcisista pensar que nosotros no pudimos transformar esa realidad y se va a quedar así", finalizó.