Los libros electrónicos, conocidos también como eBooks, empezaron a ser difundidos en México a inicios de la década del 2000. Con el avance de las llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) las editoriales empezaron a preparar la versión digital de algunos libros impresos para ponerlos a la venta en diversos tipos de plataformas de comercialización como fueron las páginas web de las editoriales o de instituciones públicas y privadas, Amazon, Google Books, y diversos puntos de venta en línea de conocidas librerías nacionales para ser descargados por los lectores en dispositivos de lectura, tabletas, smartphones, o computadoras.
La edición electrónica de estos libros fue variando desde los primeros que se publicaron a imagen y semejanza del libro impreso con una portada, una página legal en la que se especifica el número y fecha de edición, el copyright, el ISBN (código que permite identificar a nivel internacional cada edición de un libro), el lugar de la impresión, le sigue un índice de contenido y un diseño interior de los capítulos con los mismos cánones que el libro impreso.
Posteriormente con el avance tecnológico, se elaboraron libros interactivos en los que por medio del hipertexto y sus respectivas ligas en las páginas, el lector tiene acceso a diferentes plataformas electrónicas como son videos, páginas web, redes sociales, que en conjunto crean una experiencia unificada y coordinada de interactividad.
Cabe destacar que no todos los libros electrónicos se comercializan. Hay algunos que son de acceso abierto a los lectores. Esta iniciativa fue promovida por la Open Archives Initiative (OAI, por sus siglas en inglés) que impulsa los proyectos basados en el acceso abierto, libre y gratuito, a través de internet, de los trabajos publicados por la comunidad científica, así como su uso y distribución, respetando las leyes de copyright existentes. Esto significa que otros escritores pueden hacer uso de ese material, citando las fuentes originales.
Es común asomarse a las páginas web de las editoriales universitarias de diversos países y ver que en las distintas áreas del conocimiento como ciencias biológicas y de la salud, físico matemáticas, ingenierías, ciencias sociales y literatura, entre otras, hay libros de acceso abierto para los alumnos, maestros e investigadores como una forma que tienen estas instituciones de cumplir con sus tareas sustantivas que son la docencia, la investigación y la difusión de la cultura.
Hay también otras bibliotecas virtuales abiertas a todos los lectores en las que se pueden encontrar miles de libros en espera de ser leídos. Dos muy importantes, que son consideradas pioneras en su campo: el Proyecto Gutemberg (https://www.gutemberg.org) y la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (www.cervantesvirtual.com). El primero, fundado en 1971, por Michael Hart en Illinois, EU, tiene como objetivo estimular la creación y distribución de libros electrónicos que son del dominio público porque expiraron los derechos de autor y cuenta con más de 42 mil libros gratuitos que se pueden descargar o leer en línea. Aunque ofrece libros en diferentes idiomas, la mayor parte está en inglés, ¿no leemos en ese idioma?, pues bien, hay un traductor de Google Chrome que puede ser utilizado para leerlo en español.
La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, fundada por la Universidad de Alicante en 1999 y presidida su Fundación por el escritor Mario Vargas Llosa, tiene como meta la difusión de la cultura hispánica por medio del acceso libre a más de 60 mil títulos de muy diversos géneros así como materiales históricos, periódicos revistas, audiovisuales, entre otros.
Se invita cordialmente al lector a dar un paseo virtual por ambas bibliotecas donde seguramente encontrará algún título que lo atrape.