Contundentes, los autores del libro Narco CDMX afirman: en la Ciudad de México sí hay presencia de cárteles del narcotráfico en la capital y operan a través de bandas locales como la Unión Tepito, que si bien su operación se ciñe a algunas alcaldías de la zona centro y norte, su nivel de violencia llega al grado de abandonar los cuerpos desmembrados de sus rivales en avenidas como Insurgentes.
Desde la Fundación Elena Poniatowska, que tuvo que redoblar su nivel de seguridad debido a lo sensible del tema del libro que se presentó, los autores Sandra Romandía, David Fuentes y Antonio Nieto señalaron que en 2007 fue el primer indicio de la operación del crimen organizado en la capital y fue también el inicio del discurso oficial de los últimos dos sexenios: "son hechos aislados", "la ciudad está blindada".
Lee aquí un segmento del libro escrito por los periodistas: Sandra Romandía, David Fuentes y Antonio Nieto
El libro, publicado por la editorial Grijalbo, cuenta con el prólogo del periodista Héctor de Mauleón y se compone de nueve capítulos a través de los cuales se develan los entramados del narcotráfico en la Ciudad de México y la colusión con autoridades de distintos niveles que les han permitido operar desde aquella reunión que hizo La Barbie y de la que surgió la Unión Tepito hasta las recientes balaceras en Garibaldi protagonizadas por sicarios vestidos de mariachis.
El primer capítulo muestra ya la gravedad del tema: Las cabezas alrededor del AICM (o cómo se pierde la normalidad). A éste siguen los capítulos: El día en que La Barbie paralizó Tepito; El pacto del Ajusco; Estado de México: el cinturón violento que rodeó a la ciudad; Heaven: un día el narco se llevó a 13; Cobro de piso; El Cártel de Tláhuac; Ciudad Universitario y Lo que sigue, con el cual se deja abierta la puerta a una segunda parte.
Para el autor del prólogo, Héctor de Mauleón, "el libro plantea muy bien la idea de que los cárteles no operan directamente en la ciudad, controlan mafias locales y a través del control de esas pequeñas mafias locales como son la Unión Tepito y la Fuerza Antiunión, su rival, controlan varios lugares. Probablemente es cierto que El Chapo no operó en la Ciudad de México, pero su organización tenía manos que controlaba el Aeropuerto por donde entra mucha droga".
Tras una explicación sobre el surgimiento y consolidación del narcotráfico en la capital del país, los autores advierten en el cierre del libro: "la ciudad es protagonista, como nunca antes, del asentamiento del Cártel de Jalisco Nueva Generación, que mientras camina por las calles va dejando un rastro de sangre y olor a plomo". Y rematan: "no se podrá ocultar más que en la Ciudad de México operan los cárteles y han hecho de la capital un codiciado trofeo".