En La invención de todas las cosas, Jorge Volpi plantea que la imaginación es el origen y motor del mundo. Un libro en el que trabajó los últimos cuatro años pero tiene su origen hace casi tres décadas, cuando comenzó su carrera como escritor, relata el autor en entrevista con El Sol de México.
“Desde que empecé a escribir, lo que más me obsesionaba era la relación entre la ficción y la realidad. Hace 15 años publiqué el ensayo Leer la mente, para tratar de reflexionar sobre la relación entre la ficción y el cerebro y a partir de ahí ya tenía la idea de escribir un libro sobre este tema, que fuera al mismo tiempo una teoría de la ficción y una historia de la ficción”.
Si bien el autor asegura que la ficción nos humaniza y enriquece nuestra experiencia vital, también alerta: “Aunque todas las mentiras son ficciones, no todas las ficciones son mentira.
"Vivimos en una época en que lo político privilegia la mentira, independiente de todas las ficciones, también tenemos que tener un interés en defender la verdad, estas verdades parciales, colectivas, no la verdad absoluta.
"Necesitamos defender que en México la justicia no funciona, en vez de las ficciones de defender un poder judicial que no sirve bien, o hacer una reforma que no mejora nada”.
El libro de ocho capítulos recorre desde la prehistoria, hasta nuestros días, el devenir de la ficción en distintos momentos de la humanidad.
“Ha habido épocas donde la gente estaba convencida de que lo que creía era la verdad y punto, y otras como la Grecia de Pericles con la tragedia, o el barroco, y esta que vivimos ahora, donde estamos muy angustiados porque no sabemos cuál es la relación de estos conceptos, realidad, imaginación, ficción, mentira, verdad”, abunda.
Esta es, dice, “una época marcada por las mentiras, la posverdad, las fake news y al mismo tiempo por un ansia desesperada por tener realidades a las que asirte, el periodismo, la autobiografía o los realities de televisión”.
Este tiempo es inédito en otro aspecto, la aparición de las redes sociales.
“En otros momentos de la historia, uno tenía sus convicciones, que podían ser ficciones, pensemos en la religión o en la política, y luego tenía espacios específicos para consumir ficciones, el teatro, la ópera, un libro. Ahora como estamos conectados todo el día, -los jóvenes más que nosotros-, somos bombardeados por ficciones, además con la capacidad de producir ficciones en tiempo real”, señala Volpi.
“Eso sí es novedoso, nunca había pasado y por eso también esta sensación de no saber dónde estás, todo el tiempo sometido a las ficciones de los otros que se inventan su mejor lado en redes sociales, o a los políticos que te están mintiendo, o lo que está pasando en el mundo del espectáculo, yo creo que ni el cerebro humano sabe bien qué es lo que está sucediendo”.
Entre cada capítulo, el autor pone a dialogar al “bicho” de Franz Kafka y a su prometida, Felice. “Siendo historia de la ficción, me parecía que tenía que tener ficciones, entre muchos personajes se me ocurrió que era muy fácil ejemplificar la relación que tenemos con la ficción con lo que pasa con La metamorfosis de Kafka”, explica.
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“Siempre fue muy bonito que el diálogo fuera la manera de llegar al conocimiento, porque era justo a través de enfrentar dos puntos de vista distintos”, apunta quien en su libro propone que la ficción sea materia escolar.
“Sobre todo que se enseñe a detectarla, relacionar que vivimos entre ficciones políticas, sociales, amorosas, literarias; los jóvenes están acostumbrados a ficciones de cierto tipo que en la escuela a nadie le preocupan, en cambio los obligan a aprender ficciones literaria que ya no les interesa leer así, por eso mi sugerencia es mejor una clase donde puedan relacionar una gran novela decimonónica o La Ilíada con un video de tiktok o con un videojuego”, concluyó el escritor.