Considerado uno de los grandes escritores de la literatura latinoamericana, Sergio Pitol es reconocido por su trayectoria intelectual, tanto en la creación literaria como en la difusión de la cultura, especialmente en la preservación y promoción del patrimonio artístico e histórico mexicano en el exterior.
Falleció este jueves a los 85 años de edad en su casa en Xalapa, Veracruz por complicaciones de una afasia progresiva, enfermedad que en el último año le impidió caminar, moverse y hablar.
Sergio Pitol nació en Puebla, el 18 de marzo de 1933. Narrador, ensayista y traductor, estudió Derecho y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y ha sido titular de esa carrera en su alma máter, en la Universidad Veracruzana de Xalapa y en la Universidad de Bristol.
De acuerdo al portal escritores.org, su infancia fue difícil, ya que su madre murió cuando el escritor tenía cuatro años, al poco tiempo contrajo la malaria, lo que lo obligó a mantenerse encerrado prácticamente hasta los doce años de edad.
Según se detalla en la página cervantes.es, sus novelas son ejercicios de estilo que, mediante un humor refinado y mordaz, ofrecen una mirada desencantada de la realidad. En este sentido, destaca su Trilogía del carnaval, formada por “El desfile del amor” (1984), “Domar a la divina garza” (1988) y “La vida conyugal” (1991).
De sus volúmenes de cuentos destaca “Nocturno de Bujara” (1982), con el cual obtiene el premio Xavier Villaurrutia. Compagina la escritura con la traducción al español de autores ingleses, checos, alemanes y rusos.
Sus cuentos y novelas, influidos por Henry James en los recursos estructurales, se alejan de las tendencias literarias predominantes en las letras hispanoamericanas de su generación y destacan por su carácter erudito e irónico.
Vivió perpetuamente en fuga, fue estudiante en Roma, traductor en Pekín y en Barcelona, profesor universitario en Xalapa y en Bristol, y diplomático.
Soltar amarras, enfrentarme sin temor al amplio mundo y quemar mis naves fueron operaciones que en sucesivas ocasiones modificaron mi vida y, por ende, mi labor literaria
Sergio Pitol
Miembro del Servicio Exterior desde 1960, fue consejero cultural de las embajadas mexicanas en Francia, Hungría, Polonia y la Unión Soviética, Director de Asuntos Culturales de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Director de Asuntos Internacionales del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Colaborador de “Revista de la Universidad”, “Estaciones”, “Revista de Bellas Artes” y “La palabra y el Hombre”; de los suplementos México en la Cultura, “La Cultura en México”, “Sábado” y “La Jornada Semanal”; y del diario Ovaciones.
Fue condecorado por el gobierno de Polonia e investido doctor honoris causa por la UNAM.
La Enciclopedia de la Literatura de México (elem.mx) detalla que Pitol dirigió una de las primeras colecciones de la Editorial Tusquets en Barcelona y se desempeñó como agregado cultural en París y como consejero cultural en las embajadas de Varsovia, Budapest y Moscú.
En su labor como funcionario público también fue Embajador de México en Checoslovaquia, Secretario Académico de la Facultad de Filosofía y Letras e investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.
Es un declarado admirador de Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Alejo Carpentier y Juan Rulfo.
"Soltar amarras, enfrentarme sin temor al amplio mundo y quemar mis naves fueron operaciones que en sucesivas ocasiones modificaron mi vida y, por ende, mi labor literaria. En esos años de errancia se conformó el cuerpo de mi obra", dijo en una ocasión el escritor y poeta.
Entre sus obras destacan “No hay tal lugar” (1967), “Infierno de todos” (1971), “Los climas” (1972), “Asimetría, Cementerio de tordos” (1982), “Juegos florales” (1985), “Vals de Mefisto” (1989) o “El arte de la fuga” (1996).
Su última obra es “El mago de Viena” (Pre-Textos), en la que escribe sobre viajes, amigos y literatura.
En 1973 recibió el Premio Nacional de Novela del INBA, el Premio Narrativa Comala, en 1984 el Premio Herralde de comedia, en Barcelona; y en 1987 el Gran Premio de la Asociación de Cultura Europea, de Polonia.
En 1993 volvió a México y se instaló en Xalapa, donde vive ahora. En 1999 le concedieron el Premio Juan Rulfo por la totalidad de su obra.
En 2005 ganó el Premio Cervantes, el más importante de la literatura en español, destinado a un escritor que, con el conjunto de su obra, haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico.