/ domingo 23 de junio de 2019

Sexo y música sin tabúes

Con un recorrido histórico del curso de la humanidad, la escritora explora el origen de la música y el placer y cuestiona las creencias actuales en torno a ello

Desde que el hombre se concibió como un instrumento creador de sonidos en la prehistoria, hasta llegar a la época actual con el reguetón, Verónica Maza hace un recorrido histórico sobre el origen de la sexualidad y la música, y demuestra cómo es que estos dos temas han avanzado en el tiempo fundiéndose el uno con el otro en el placer.

El libro nació un poco como casualidad y otro poco como consecuencia después de que en una plática le ofrecieran publicarle un libro. Sin pensarlo dos veces, Verónica accedió pues inmediatamente supo que tenía que hacer “un libro donde se uniera la música y la sexualidad”, dos cuestiones que la han acompañado durante toda su historia personal y profesional.

“Llevo casi treinta años escribiendo de música, y casi veinte escribiendo sobre sexualidad, entonces en mi cabeza yo tenía todo eso muy claro” por eso la realización de su denominado “libro de vida”, solo le tomó cinco meses, “ pero en mi cabeza mil años, todo el tiempo tengo reflexiones en torno a estos temas, para mí fue caer en blandito” comenta.

En el libro, Verónica narra cómo fue que desde pequeña se sintió atraída por la música y la sensación que le generaba el poner los lp de su papá en los tocadiscos. Aunque nunca tuvo una educación musical formal, y a pesar de los intentos fallidos como alumna de sus novios, no duda al afirmar que “aunque lo haga a los 80 años, voy a aprender a tocar algo”.

Verónica no deja de sonreír, proyecta una especie de energía que hace que entiendas como un libro tan complejo se escribió en tan pocos meses, es atenta y en sus respuestas está esa claridad con la que está escrito el libro.

Su expresión cambia cuando escucha que en su libro se refleja una mujer libre, pues ella lo considera cierto. “Creo que en mi camino siempre ha estado la búsqueda de eso, yo creo que el principal valor que tenemos los seres humanos es la libertad” comenta.

Y más que sean sus momentos de rebeldía los que la llevaron en la búsqueda de esa libertad, para ella es que “desde niña, siempre he buscado una lógica de vida que no esté tan amarrada a prejuicios ni a las ideas que nos ponen. No siempre ha sido fácil, es diferente cada etapa de tu vida, en unos días cumplo 48 y la verdad es que ya supere toda barrera, si no te gusta mi manera de ejercer mi libertad es tu problema”.

En un país donde la represión sexual femenina es algo vigente e incluso alarmante, su trabajo además se presenta como un esfuerzo “totalmente feminista, mi trabajo en general lo es, si me fui a la prehistoria, fue porque de verdad las mujeres somos las que hemos hecho la transformación del mono al homo sapiens, deberíamos de ser gyna sapiens, hemos sido siempre las que han salido adelante en las transformaciones de las sociedades, entonces entender eso nos puede ayudar a decir ‘no señores, ¡no somos el sexo débil!”.

Por eso escribir de sexualidad ha sido fundamental, pues a pesar de lo que podría pensarse, considera que no ha sido tan complicado, “me ha dado muchas más alegrías que tristezas o dramas o enojos, y me ha enseñado a que si aprendemos a ejercer esa libertad para saber quiénes somos, muchas cosas negativas se podrían evitar en nuestras vidas”.

Como dice su auto-descripción en Twitter, su labor ha sido explorar los temas tabú que aquejan a la sociedad, mismos que ha intentado resolver con sus recopilaciones históricas como en su primer libro El motel de los antojos prohibidos y ahora con Sinfonía del Placer.

“Tenemos que explicar la historia para que la gente entienda de donde vienen sus prohibiciones y se liberen de ellas, muchos de los prejuicios, de los miedos y de los tabúes que tenemos hoy en día vienen de hace milenios, la mayoría de ellos de la edad media en donde tenían una lógica y donde se crearon esas reglas para resolver esos problemas, pero ahora, cuando ya ni tenemos tierras ¡nada de eso aplica!” asegura Maza.

De tal forma que en el libro, hay un esfuerzo grande para desmitificar aquellas ideas e incluso teorías científicas que “nos han hecho tanto daño”, pues a sus ojos “no tenemos una vivencia plena de la sexualidad porque no hemos entendido que la sexualidad es quiénes somos, cómo nos percibimos a nosotros mismos, cómo nos mostramos ante los demás, cómo la sociedad nos mira a nosotros y qué hacemos frente a esa mirada, si te das cuenta, piensa en la erótica, en la identidad de género, la orientación sexual, todo está relacionado con quienes somos, si entendemos eso, en realidad no hay lados oscuros en la sexualidad” afirma.

Verónica también ha dedicado a su tiempo a crear conciencia con libros enfocados en la prevención del maltrato infantil, y desde diversos espacios ha intentado poner en la mesa temas como el acoso y la violencia de género, si bien ha podido observar algunos resultados de su trabajo gracias a su trabajo periodístico en el que mantiene contacto con sus lectores, sabe que se trata de una labor es ardua y gigantesca.

“Llevo 17años con mi columna, y ahí sí puedo ver ciertos resultados, me gusta pensar que algo se va quedando de eso pero sería demasiado iluso pensar que un libro pueda cambiar algo, aunque a lo mejor un concepto o una idea sí podría hacerlo y ahí es donde vale la pena”.

A pesar de que Verónica manifiesta no tener aún una opinión muy clara en torno al reguetón con el cual confiesa tener poca compatibilidad, en el libro se aborda de manera breve el tema.

“Yo creo que el éxito del género está en que retoma ritmos primitivos dentro de nosotros que nos llevan a un estado de un éxtasis primigenio, pero el pero principal que le pongo, son las letras. Hay que tener cuidado, a los niños sí les afecta toda esa información que están teniendo y si nadie se los explica van a crecer con la idea de felices los cuatro y bueno, no importa si son 2 o 4 o 10, el chiste es entender por qué son los 10, cómo y con qué reglas y consensos”.

Verónica demuestra ser una mujer activa y dedicada, entre sus próximos proyectos, está un videoblog para Yahoo en español, unos talleres basados en Sinfonía del placer, así como seguir trabajando en dos novelas que ya tiene adelantadas, también esta interesada en escribir más sobre temas de acoso en mujeres.

Finalmente cuando la escritora tiene que decidir entre la música y la palabra, considera que a diferencia de lo que anteriormente pensaba, es la música la que ocupa un lugar más importante en su vida, “Siempre hay música en mi cabeza, hoy en día hay mucho mas música en mi vida que palabra” y si tuviera que elegir solamente una banda o músico para el resto de su vida, se quedaría con toda la colección de Pink Floyd.

Desde que el hombre se concibió como un instrumento creador de sonidos en la prehistoria, hasta llegar a la época actual con el reguetón, Verónica Maza hace un recorrido histórico sobre el origen de la sexualidad y la música, y demuestra cómo es que estos dos temas han avanzado en el tiempo fundiéndose el uno con el otro en el placer.

El libro nació un poco como casualidad y otro poco como consecuencia después de que en una plática le ofrecieran publicarle un libro. Sin pensarlo dos veces, Verónica accedió pues inmediatamente supo que tenía que hacer “un libro donde se uniera la música y la sexualidad”, dos cuestiones que la han acompañado durante toda su historia personal y profesional.

“Llevo casi treinta años escribiendo de música, y casi veinte escribiendo sobre sexualidad, entonces en mi cabeza yo tenía todo eso muy claro” por eso la realización de su denominado “libro de vida”, solo le tomó cinco meses, “ pero en mi cabeza mil años, todo el tiempo tengo reflexiones en torno a estos temas, para mí fue caer en blandito” comenta.

En el libro, Verónica narra cómo fue que desde pequeña se sintió atraída por la música y la sensación que le generaba el poner los lp de su papá en los tocadiscos. Aunque nunca tuvo una educación musical formal, y a pesar de los intentos fallidos como alumna de sus novios, no duda al afirmar que “aunque lo haga a los 80 años, voy a aprender a tocar algo”.

Verónica no deja de sonreír, proyecta una especie de energía que hace que entiendas como un libro tan complejo se escribió en tan pocos meses, es atenta y en sus respuestas está esa claridad con la que está escrito el libro.

Su expresión cambia cuando escucha que en su libro se refleja una mujer libre, pues ella lo considera cierto. “Creo que en mi camino siempre ha estado la búsqueda de eso, yo creo que el principal valor que tenemos los seres humanos es la libertad” comenta.

Y más que sean sus momentos de rebeldía los que la llevaron en la búsqueda de esa libertad, para ella es que “desde niña, siempre he buscado una lógica de vida que no esté tan amarrada a prejuicios ni a las ideas que nos ponen. No siempre ha sido fácil, es diferente cada etapa de tu vida, en unos días cumplo 48 y la verdad es que ya supere toda barrera, si no te gusta mi manera de ejercer mi libertad es tu problema”.

En un país donde la represión sexual femenina es algo vigente e incluso alarmante, su trabajo además se presenta como un esfuerzo “totalmente feminista, mi trabajo en general lo es, si me fui a la prehistoria, fue porque de verdad las mujeres somos las que hemos hecho la transformación del mono al homo sapiens, deberíamos de ser gyna sapiens, hemos sido siempre las que han salido adelante en las transformaciones de las sociedades, entonces entender eso nos puede ayudar a decir ‘no señores, ¡no somos el sexo débil!”.

Por eso escribir de sexualidad ha sido fundamental, pues a pesar de lo que podría pensarse, considera que no ha sido tan complicado, “me ha dado muchas más alegrías que tristezas o dramas o enojos, y me ha enseñado a que si aprendemos a ejercer esa libertad para saber quiénes somos, muchas cosas negativas se podrían evitar en nuestras vidas”.

Como dice su auto-descripción en Twitter, su labor ha sido explorar los temas tabú que aquejan a la sociedad, mismos que ha intentado resolver con sus recopilaciones históricas como en su primer libro El motel de los antojos prohibidos y ahora con Sinfonía del Placer.

“Tenemos que explicar la historia para que la gente entienda de donde vienen sus prohibiciones y se liberen de ellas, muchos de los prejuicios, de los miedos y de los tabúes que tenemos hoy en día vienen de hace milenios, la mayoría de ellos de la edad media en donde tenían una lógica y donde se crearon esas reglas para resolver esos problemas, pero ahora, cuando ya ni tenemos tierras ¡nada de eso aplica!” asegura Maza.

De tal forma que en el libro, hay un esfuerzo grande para desmitificar aquellas ideas e incluso teorías científicas que “nos han hecho tanto daño”, pues a sus ojos “no tenemos una vivencia plena de la sexualidad porque no hemos entendido que la sexualidad es quiénes somos, cómo nos percibimos a nosotros mismos, cómo nos mostramos ante los demás, cómo la sociedad nos mira a nosotros y qué hacemos frente a esa mirada, si te das cuenta, piensa en la erótica, en la identidad de género, la orientación sexual, todo está relacionado con quienes somos, si entendemos eso, en realidad no hay lados oscuros en la sexualidad” afirma.

Verónica también ha dedicado a su tiempo a crear conciencia con libros enfocados en la prevención del maltrato infantil, y desde diversos espacios ha intentado poner en la mesa temas como el acoso y la violencia de género, si bien ha podido observar algunos resultados de su trabajo gracias a su trabajo periodístico en el que mantiene contacto con sus lectores, sabe que se trata de una labor es ardua y gigantesca.

“Llevo 17años con mi columna, y ahí sí puedo ver ciertos resultados, me gusta pensar que algo se va quedando de eso pero sería demasiado iluso pensar que un libro pueda cambiar algo, aunque a lo mejor un concepto o una idea sí podría hacerlo y ahí es donde vale la pena”.

A pesar de que Verónica manifiesta no tener aún una opinión muy clara en torno al reguetón con el cual confiesa tener poca compatibilidad, en el libro se aborda de manera breve el tema.

“Yo creo que el éxito del género está en que retoma ritmos primitivos dentro de nosotros que nos llevan a un estado de un éxtasis primigenio, pero el pero principal que le pongo, son las letras. Hay que tener cuidado, a los niños sí les afecta toda esa información que están teniendo y si nadie se los explica van a crecer con la idea de felices los cuatro y bueno, no importa si son 2 o 4 o 10, el chiste es entender por qué son los 10, cómo y con qué reglas y consensos”.

Verónica demuestra ser una mujer activa y dedicada, entre sus próximos proyectos, está un videoblog para Yahoo en español, unos talleres basados en Sinfonía del placer, así como seguir trabajando en dos novelas que ya tiene adelantadas, también esta interesada en escribir más sobre temas de acoso en mujeres.

Finalmente cuando la escritora tiene que decidir entre la música y la palabra, considera que a diferencia de lo que anteriormente pensaba, es la música la que ocupa un lugar más importante en su vida, “Siempre hay música en mi cabeza, hoy en día hay mucho mas música en mi vida que palabra” y si tuviera que elegir solamente una banda o músico para el resto de su vida, se quedaría con toda la colección de Pink Floyd.

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