"Estoy convencido de que todo el mal del mundo empieza en ellas. En las palabras", dice Pedro Álamo, un hombre obsesionado por los palindromos (vocablos que se leen igual al revés), paciente psiquiátrico que acude al taller literario del escritor Matías Rye, quien es amigo del psiquiatra forense Miguel Ardiles, que, a su vez, encuentra en sus consultas material literario.
Los tres, dirigen la trama polifónica de la ganadora del III Premio de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, The night, una ficción dentro de la ficción ambientada en Caracas en 2010, durante la crisis energética que dejaba sin luz a los venezolanos. en pleno mandato de Hugo Chávez.
"Me gusta leer historias protagonizadas por personas a las que uno cree que no les sucede nada", dice Rodrigo Blanco Calderón, quien en esta primera novela retoma personajes de su propia narrativa y escribe una biografía ficcionada de Darío Lancini, poeta venezolano nacido en 1932, autor de Oír a Darío.
"A veces, lo más interesante que le puede pasar a alguien es precisamente la lectura de un libro, como sucede en muchos cuentos de Borges", agrega el escritor en entrevista desde Málaga, donde radica.
"El tipo de historias que me interesan tienen siempre un pie a tierra, viniendo de Caracas, lamentablemente siempre pasa por alguna forma de violencia", dice respecto al ambiente que rodea a la novela, en una Venezuela donde, advierte, "la realidad es solapada o relativizada por ciertos medios de comunicación, intelectuales y escritores, que por motivos ideológicos se niegan a aceptar el horror de lo que se está viviendo". Un panorama que sigue siendo oscuro en su país
"Para el año 2000 Venezuela estaba sumida en una crisis profunda, pero la declaración de la crisis energética la terminó de empujar hacia un torbellino realmente dramático en el que todavía está".
NOCHE LATINOAMERICANA
No sólo el periodismo, también la literatura, dice el autor, interpreta la realidad. The night, es un ejemplo de ello.
El responsable de la crisis en Venezuela fue Hugo Chávez, señala Blanco Calderón, "con un gobierno y unas políticas nefastas, pero ¿cómo llegó al poder?, ¡a través de unas elecciones en las que fue votado por la mayoría! Los venezolanos decidieron votar por un militar que ya había dado un golpe de Estado. Las consecuencias pertenecen a un sistema dictatorial, pero el origen del problema fue una decisión de la sociedad".
La novela reconstruye un episodio ligado a la vida de Edmundo Chirinos, un conocido siquiatra venezolano de quien se descubrió que abusaba y asesinó a sus pacientes. "Ese personaje muestra cómo había una cantidad de cosas que estaban muy mal décadas antes del chavismo. La novela apunta a cómo los males de un país no son gratuitos, se puede rastrear dónde empezó la debacle; me cuidé de no mencionar siquiera el nombre de Hugo Chávez, porque no interesaba el presente tanto como remontarme a ciertas causas".
En The night, hay ecos con la realidad mexicana y al respecto, el escritor destaca: "cuando he tratado de comparar el horror venezolano, surge México. Roberto Bolaño, en 2666 (su novela póstuma) le dio un carácter universal a los feminicidios y me impresionó que meses antes de que se declarara la crisis energética, comenzaron a aparecer cadáveres de mujeres en las afueras de Caracas... fue la manifestación exterior de esa oscuridad inocultable". El "mal del mundo" al que se refiere Pedro Álamo está pues, en "nombrar los horrores que nos rodean", concluye el autor.