Tras la pandemia, la industria editorial tardará una década en recuperarse  

La Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) informó que dejó de facturar hasta tres mil 162 millones de ejemplares

Sonia Ávila | El Sol de México

  · miércoles 2 de diciembre de 2020

La industria editorial en México tuvo una caída en la facturación neta del 30 por ciento en 2020 debido a la crisis derivada por la pandemia de Covid-19. Esto significa que se dejó de facturar hasta tres mil 162 millones de ejemplares y las estimaciones señalan que las empresas editoriales tardarán hasta diez años en recuperar las cifras de 2019, informó la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM).

“En ejemplares la caída es del 27 por ciento. Se dejó de facturar hasta tres mil 162 millones de ejemplares y estamos pensando que creciendo a un ritmo de 2.6 por ciento cada año, tardaremos 10 años en recuperar lo que se ha perdido este año. Es decir, si en 2021 se retoma la actividad económica y pensando que la industria creciera a su ritmo, que es de 2.9, nos va a llevar diez años a recuperar el 30 por ciento perdido este año”, señaló Ignacio Uribe Ferrari, coordinador de la comisión de Estadística de la CANIEM.

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En el marco de la 34 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la CANIEM habló de la situación actual de la industria cultural en México, una de las más afectadas por la contingencia sanitaria que desde marzo y abril pasados mostró una caída; de hecho mayo fue uno de los meses con estadísticas bajas.

“Obviamente no esperaremos diez años para recuperarnos. A través de Nielse estamos teniendo información que hace unos años no teníamos y nos ayuda para tomar decisiones con las editoriales, y como Cámara apoyamos con información para que éstas tomen mejores decisiones. El mejor escenario es de dos o tres años tardar para regresar al nivel que estábamos en 2019”, añadió Juan Luis Arzoz Arbide, presidente de la CANIEM.

Se expuso que al tomar como referencia los datos de 2019, la Cámara estimaba, antes de la pandemia, que en 2020 se venderían 11 mil 126 millones de pesos, sólo se tendría una reducción del uno por ciento. Pero por la contingencia la cifra se impactó de manera negativa y en consecuencia se calcula que la facturación tendrá un decremento del 22 por ciento en el escenario más optimista, pero podría ser de hasta el 29 por ciento.

Esto representa que la industria editorial ha dejado de facturar dos mil 329 millones de pesos netos en el escenario positivo, y tres mil 162 millones de pesos en el más negativo. Así se espera que este año, la facturación neta de libros impresos sea de ocho mil 797 millones de pesos lo que equivale a la caída del 22 por ciento.

Respecto al impacto en los millones de ejemplares vendidos, la Cámara tenía previsto a inicios de año que se venderían 124 millones de ejemplares, pero el decremento en el monto de venta fue de 25 millones de piezas menos, en comparación con el 2019.

“Desde marzo del 2020 las cifras han sido negativas, que es el momento en que empieza la cuarentena y en mayo se ve la caída más pronunciada, vendimos 63 por ciento menos que en mayo de 2019, que a su vez en mayo de 2019 ya se había vendido 33 por ciento menos que en mayo de 2018. Otro comparativo es el mes de septiembre que el crecimiento del 2019 se perdió completamente, y estamos aún más bajos de lo tenido en septiembre de 2018”, apuntó el coordinador de Estadísticas.

En la venta en librerías, tiendas de autoservicio y departamentales, la Cámara detectó también una reducción de venta de las ediciones comerciales del 25 por ciento en ejemplares. Esto representa seis millones de ejemplares menos en ventas que se traduce en 23 por ciento menos en la facturación total; es decir mil 230 millones de pesos menos.

Arzoz Uribe dijo que no ha habido ninguna pronunciación del gobierno federal para apoyar a la industria editorial, pero ya se realizan algunas estrategias de difusión para iniciar una recuperación de la economía. Dijo que el lector es uno de los eslabones más fuertes para levantar el consumo editorial, aunque también consideró oportuno que la red de bibliotecas públicas actualizara sus catálogos y con ello se hiciera una compra masiva de ejemplares