Una de las principales tradiciones del estado de Jalisco quedó documentada en la película La llevada y la traída, que muestra de cerca cómo se celebra la Romería de la Virgen de Zapopan, cada 12 de octubre.
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Siguiendo la línea que ha marcado en su carrera como actriz, productora, activista y artista, Ofelia Medina dirige esta cinta adentrándose a la caminata por las calles jaliscienses, retratando de cerca a la Virgen, pero también a los devotos, quienes para la directora, son los protagonistas de la historia.
“Fue realmente un descubrimiento emocionante día con día, porque nosotros fuimos conociendo toda la profundidad de este ritual”, comentó Ofelia Medina en entrevista con El Sol de México.
“Va de la Catedral a recorrer toda la Zona Metropolitana de Guadalajara, pasa por Tlaquepaque, por el Lago de Chapala, recorriendo cárceles, escuelas, mercados, barrios, iglesias y parques. Cada barrio la recibe, cada día es diferente”, mencionó.
“El día de su Romería son 30 mil danzantes y dos millones de personas van detrás de ella, tuvimos el privilegio de filmarlo”, explicó la también narradora de la producción sobre el peregrinaje.
La oportunidad para Ofelia Medina de dirigir este documental se remonta a marzo del 2019, año en el que la celebración fue reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Fue en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara del mismo año, donde el entonces Alcalde de Zapopan Pablo Lemus, extendió la invitación a Guillermo del Toro para hacer el documental, quien a consecuencia de no poder realizarlo, propuso que Medina fuera la encargada de hacerlo. “Dijo que yo estaba interesada en las culturas de los pueblos originarios y sugirió que fuera yo quien lo dirigiera”, expuso Medina.
“Este ritual es una profunda huella en nuestra cultura mexicana. La Virgen de Zapopan está hecha de maíz, como se hacían en Michoacán durante la Colonia. Fue otorgada a los Indios y por eso siempre está antecedida por danzantes, lo que para mí fue un mundo que desconocía”, comentó Ofelia Medina.
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Además de la celebración en sí, la directora aseguró que lo más valioso que pudo encontrar en el proceso de filmación fue ser testigo de la colectividad de la comunidad tapatía. “Dos veces a la semana los grupos de danzantes se reúnen en la calle, la gente misma del barrio ensaya las danzas. Se siente arropada”.
“Es la forma de nuestra cultura, que es colectiva, es un recuerdo de que el individuo solito sufre mucho, en cambio cuando danza en conjunto, uniéndose a una pasión, es algo que mueve. Es maravilloso recordar que podemos ser seres colectivos y movernos con un solo corazón”, concluyó.
La llevada y la traída se estrena en salas de Cinépolis, Cinemex y de la Cineteca Nacional de México.