OAXACA. Con el objetivo de mostrar las diferentes facetas de Vicente Rojo como editor, pintor y diseñador, y la forma en la que tendió puentes entre estas disciplinas y la literatura, se exhibe la muestra Los libros de Rojo como un homenaje al legado del artista, que es parte de las actividades de La Feria Internacional del libro de Oaxaca (FILO) que se lleva a cabo en estos días.
“Mi padre trabajó muchísimo en los suplementos culturales de los periódicos, además de editoriales, incluso en los libros de artistas y proyectos culturales. El primer libro grande de Tamayo él lo diseñó, es muy bonito, hizo un semicírculo que emulaba a las sandías que pintaba el artista. También se aferró a la obra de Paul Klee y de Marcel Duchamp de la que se exhibe aquí una portada que lleva una paleta de color verde. Este artista era uno de sus focos principales porque en un tiempo Octavio Paz estaba escribiendo un ensayo de él y dijo 'si Paz escribe de Duchamp, por qué no voy a trabajar con su obra'”, señaló Vicente Rojo Jr., en conferencia.
El hijo del desaparecido artista, narró una anécdota de su padre a quien describe como una persona que disfrutaba romper las reglas. “La apariencia desnuda es la portada de una obra de Duchamp la cual estaba prohibido fotografiar, estaba en el museo de Filadelfia. Pero un mexicano de esos atrevidos, a través de la cerradura de la sala del museo, logró capturar la imagen y llegó muy orgulloso con Vicente, le enseñó la foto y le dijo: ‘te la regalo’. Mi padre le dijo que lo podían meter a la cárcel o hasta el mismo museo podría demandarlo y el otro dijo ‘me vale madres’, te la regalo. Rojo la mostró a Octavio Paz y éste le dijo que era mucho riesgo y Vicente le respondió ‘es un acto duchampiano y cállate’. Así que es la única obra de Duchamp que se imprimió en México a través de lo que podemos llamar piratería mexicana. Era el gusto de mi padre por romper las reglas”.
La exposición se compone de más de 300 libros. Es una selección en la que participaron Marcelo Uribe de editorial Era, Andrea Fuentes de librería Madero, y el artista Carlos Ranc, quien prestó la colección El volador de Joaquín Mortiz.
“El homenaje se hizo durante varios meses. Son más de 330 ejemplares. También los nietos de Vicente y Vicente Jr. prestaron sus colecciones. Son muchos legados los que Rojo dejó, desde profesionalizar el diseño gráfico, hasta su creatividad como editor, esto en el campo del libro, pero como artista ha llegado muy lejos e incluso destacó en temas como el muralismo”, dijo Alejandro Magallanes quien colaboró en la curaduría de la muestra que estará durante un mes en la Galería Bodega Quetzalli del Centro Histórico de Oaxaca.