En el escenario aún en penumbras, un largo riff de guitarra anunciaba que la noche comenzaría a calentarse. Luego, la percusión del bombo y el golpeteo de los toms de la batería, introdujeron al bajo que comenzó a marcar el clásico compás 4/4 que caracteriza al blues. De pronto, una voz en una lengua originaria irrumpió con la música.
Algunos de los asistentes se preguntan qué es lo que están escuchando y por qué no entienden aquellos vocablos, que, sin embargo, se llevan demasiado bien con ese ritmo meramente estadounidense. Se trata de la banda de blues-rock, Lumaltok, originaria de Zinacantán, Chiapas, que canta en lengua tzotzil, y que lleva más de 15 años resistiendo como uno de los representantes del rock en lenguas originarias de México.
“Lumaltok (niebla, en tzotzil) surgió a raíz de simplemente expresar lo que sentimos y, por eso creo que somos una banda que hemos tenido que enfrentarnos a todos los sistemas y todo lo establecido, sobre todo porque las formas de vivir en los pueblos y en las ciudades son muy distintas”, explica en entrevista con El Sol de México, Zanate, vocalista y guitarrista de la banda.
Más allá de la lengua
Mientras, Checko, bajista de la agrupación, comenta que la relación de los integrantes con el blues y el rock, tiene sus orígenes a través de algunos de sus familiares que salieron de su pueblo Zinacantán, provocando en ellos un “gran impacto” cultural, que contrastaba el paisaje sonoro de su tierra y al mismo tiempo de México.
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“Curiosamente nos pasó lo mismo que la gente que ahora nos escucha, que dice ‘no entendemos lo que quieren decir, pero su música se siente’. Y sí, porque realmente es a través de la música que queremos transmitir nuestro mensaje. Nosotros del inglés no sabemos nada y el español, pues más o menos, pero al final de cuentas creemos que lo más importante es comunicar la energía”, agrega Checko, pues la banda considera “que todos somos uno”.
Esta idea también la comparten en sus conciertos, cuando Zanate hace un llamado a la unidad, tanto en español como en su lengua: “Esta noche todos somos tzotziles, esta noche todos somos una misma lengua”, grita con fuerza, por ejemplo, en su reciente actuación en el 51 Festival Internacional Cervantino.
Realmente es a través de la música que queremos transmitir nuestro mensaje
Entre el pueblo y la ciudad
Sin embargo, aunque reconocen que su principal reto ha sido lograr integrarse en los circuitos musicales, donde imperan propuestas en lengua española y anglosajona, también dentro de su propia comunidad tzotzil, han tenido que buscar la manera de integrarse como músicos.
“Creo que cuando alguien lleva algo nuevo a un pueblo, puede generar ciertos problemas. Cuando nosotros comenzamos a hacer rock en nuestro idioma, aunque hubo algunas buenas opiniones, se sacaron de onda y nos prohibieron muchas cosas, que chocan porque son formas distintas de vivir las de las ciudades y las de los pueblos. Pero nosotros vamos esparciendo ambas maneras de vivir y pensar, tratando ejercer la libertad de ser sin ninguna presión, ni barrera física”, afirma Zanate.
El mismo vocalista apunta que su propuesta no se trata de un juego o un diálogo directo con la tradición, porque ellos se han dedicado a expresarse a través del blues, lo cual también ha sido una limitante para su aceptación, tanto en medios masivos como dentro de sus propias comunidades, donde se escuchan más otros géneros “comerciales” como las cumbias, las rancheras y sobre todo el reguetón.
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Otros circuitos
Los músicos comentan que les gustaría que tanto ellos, como a otras bandas de pueblos originarios, puedan tener cada vez más cabida en los grandes circuitos de festivales musicales del país y Latinoamérica y que se les deje de ver sólo como objetos culturales o curiosidades antropológicas, sino como expresiones artísticas autónomas que se expresan en sus propios idiomas.
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“Creo que hay mucho potencial en los pueblos para hacer música, porque hay un movimiento muy cabrón en diferentes etnias. El medio tiene que reconocer que México es multicultural, que no habla sólo una lengua, sino que habla varias y que son muy distintas. Y sí, aunque ya ha habido otros también lo han hecho, este es un movimiento que apenas va moviéndose, pero que esperemos tenga un auge mucho más grande cada vez”, finaliza Zanate.