Cuando se habla de Francisco I. Madero se piensa en el líder revolucionario que lideró el derrocamiento a la dictadura de Porfirio Díaz, no obstante, el expresidente tuvo otra faceta bastante llamativa, relacionado con espiritismo y el contacto con personas ya habían fallecido.
Francisco I. Madero, de origen burgués, su familia era una de las más ricas Coahuila durante el porfiriato, se formó académicamente en Estados Unidos y posteriormente en Francia. En su regreso a México, el "Apóstol de la Democracia" heredó las empresas de su padre.
Entre sus distintas actividades filantrópicas, practicó la medicina homeopática y la doctrina espírita, hecho que fue bastante llamativo en la posterioridad.
Madero era consciente de las consecuencias de la dictadura de Díaz, la cual no sólo provocó desigualdades económicas y sociales, sino que todo aquel que representara una amenaza al régimen, era perseguido o eliminado. Por ello, el coahuilense, decidió entrar al mundo de la política.
De esta manera, en 1908, publicó su obra "La sucesión presidencial de 1910". Esto como antecedente de su candidatura a la presidencia de México en 1910. Ya como candidato del Partido Antirreeleccionista en oposición a la séptima reelección de Porfirio Díaz, fue hecho prisionero y perdió la contienda electoral, la cual fue claramente intervenida por el régimen porfirista.
Es así que el movimiento armado de la Revolución da inicio, tras ser detenido, Madero escapa de prisión y huye a Texas, donde se creó el Plan de San Luis, el cual convocó a un levantamiento de armas y exigía la devolución de tierra a los campesinos. Aunque se redactó en San Antonio, fue fechado el 5 de octubre debido a que el último día que Madero estuvo preso en dicho estado de la República.
De la mano del apoyo de caudillos populares como Villa y Zapata, en noviembre de 1911, tomó posesión como presidente constitucional.
¿Madero era espiritista?
De acuerdo con distintos historiadores e investigadores, Francisco I. Madero creía y practicaba el espiritismo, el investigador y académico, Gustavo Vázquez Lozano señala que Madero usaba la ouija y tenía visiones desde niño, incluso señala que tenía visiones desde niño.
El espiritismo es una doctrina según la cual se invocan espíritus de personas muertas y pueden comunicarse con ellas a través de un médium o prácticas similares. Cabe mencionar que se trataba de una páctica esotérica muy comunes en la época.
El historiador e investigador, José Mariano Leyva, señala en su texto "Bibliografía espírita comentada", que Madero es el espiritista más famoso en México.
Fue justamente un espíritu el que supuestamente le sugirió enérgicamente que se rebelara contra el antiguo régimen, a saber, el gobierno de Díaz. Señala Leyva
Incluso se menciona que Madero publicó un libro espiritista con el pseudónimo “Bhima”, llamado “Manual Espírita”, aunque no es algo corroborado.
El Museo Nacional de Arte (MUNAL), describe que Madero profesaba un espiritismo kardeciano y se autodefinía como medium escribiente. Es decir, al entrar en un estado de trance, podía transcribir la información que le transmitían espíritus de personas muertas por medio de la escritura.
De acuerdo con una antigua bibliografía de Francisco I. Madero del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), cuando el "Apóstol de la Democracia" vivía en París descubrió ideas espiritistas las cuales le habría "fascinado", incluso menciona que leía con sumo interés la Revista Espirtista.
Supuestamente, tras leer escritos del espiritista Allan Kardec, Madero habría podido comunicarse con espíritus a través de la escritura, con lo que logró ponerse en contacto con su hermano fallecido Raúl, y él, supuestamente, le habría dicho qué hacer, incluido el derrocamiento del porfiriato.
Incluso dicha bibliografía para niños señala que Raúl le sugirió invocar o otros espíritus, como el de Benito Juárez, quien le habría asegurado lo siguiente:
El triunfo de usted va a ser brillantísimo y de consecuencias incalculables para nuestro querido México.Le habría dicho Benito Juárez a Madero
Dicho texto señala que Madero creía que los espíritus guiaban a los hombres en la evolución de la humanidad y los ayudaban a realizar sus sueños.
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Volviendo al terreno comprobable, Francisco I. Madero fue asesinado junto a José María Pino Suárez el 22 de febrero tras la Decena Trágica, hecho en el que Victoriano Huerta conspiró en su contra junto a Henry Lane Wilson, embajador de EU, Félix Díaz, Bernado Reyes, entre otros.