En el estado, las artesanías más pirateadas son las piezas de cantera en pequeño formato e influencia barroca denominadas “cruces del sur”, aunque también abundan copias de la Fuente de los Faroles, monumento que se ha convertido en una de las principales postales del Centro Histórico.
En lo que es un robo evidente de propiedad intelectual, las creaciones de los maestros canteros son copiadas con moldes, usando un material que se conoce como polvo de cantera, aunque hay quienes, reduciendo más los costos, optan por el cemento y el yeso teñido de rosa.
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Félix Muro Arenas ha trabajado la cantera durante cerca de 60 años. La belleza de sus obras expuestas en México y Estados Unidos, le permitieron convertirse en uno de los únicos dos talladores de piedra zacatecanos incluidos en el catálogo Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano de Fomento Cultural Banamex.
“Antes hacíamos patos, palomas y otras figuras en pequeño formato, pero al ver que se vendían bien, otras personas empezaron a piratearlas, y mejor dejé de promover nuevos diseños”, comenta el artesano nacido en 1951, quien a los 11 años tomó por primera vez el cincel y el martillo para ayudarle a su padre a reparar piezas del templo del cerro de La Bufa.
Desde que se dio cuenta del plagio del que eran objeto sus creaciones, se dedica más a hacer trabajos en gran formato porque son más difíciles de copiar en serie.
“Ya no puede uno vender sus piezas porque ya hay copias más baratas en todos lados”, se lamenta.
Reconoce que el éxito de la piratería no se debe a su dudosa calidad, sino a su bajo precio. Una cruz de cantera auténtica en pequeño formato, cuesta más de 100 pesos, pero si es de polvo de cantera comprimido o de yeso, se vende en sólo 25 pesos.
El vaciado en moldes permite una producción más grande y con menos tiempo. En un día, Félix Muro realiza hasta cuatro obras pequeñas, mientras que los copiadores hacen cientos y con muy poco esfuerzo.
La mejor piedra
La textura lisa y los colores artificiales de las piezas pirata no se comparan con los objetos de cantera auténtica. Félix Muro sólo trabaja con piedra extraída de los cerros de municipios cercanos a la capital, los mismos de donde salió el material que hoy le da su tez rosa a edificios y monumentos de la ciudad como la catedral basílica.
Además, procura elegir el material sin manchas ni poros. Tiene predilección por la cantera blanca de Jerez, aunque también está la opción de la cantera roja de Fresnillo. Una carreta de este material con cuatro bloques puede llegar a valer hasta cuatro mil pesos. Los plagiadores se ahorran este costo y el trabajo que implica seleccionar la mejor materia prima.
Dedicado a su arte, Muro Arenas no pierde el tiempo en buscar los medios legales para que terceras personas dejen de lucrar con su creatividad. Este experto en cantera desconoce de leyes y normas al respecto. Tampoco ha registrado ninguno de sus diseños, sólo se limita a esculpir su firma y poner la fecha en que realizó sus creaciones.