Mariana Yampolsky: El gesto de fotografiar es un libro que ofrece nuevas aproximaciones a imágenes que ya se habían visto de esta fotógrafa mexicana, y que gracias a un arduo proceso de investigación y de revisión, tanto del archivo resguardado en la Universidad Iberoamericana y a las obras de la muestra “Imagen memoria” que conserva el Centro de la Imagen, da luz a un documento de divulgación de gran importancia.
Para la coordinadora y editora del libro, la doctora Deborah Dorotinsky, el libro ofrece nuevas aproximaciones a fotografías que ya habíamos visto:
“Mariana Yampolsky trabajó en México y desarrolló su obra tanto gráfica como fotográfica y ha tenido una serie de fotografías que se volvieron hitos de su trabajo. Cuando las fotógrafas dejan su archivo guardado y no lo purgan, no tiran negativos, tenemos la maravilla del archivo, que nos permite echar una mirada a la producción fotográfica ampliada de una autora. Entonces este libro en particular trae reflexiones sobre fotografías de las que ya se hablaron”.
Como ejemplo de estas obras, la doctora Dorotinsky, comenta: “Es el caso del trabajo sobre los panteones que abordó David Fajardo o el trabajo de los gestos, los rituales y las culturas de los pueblos originarios que abordó Eugenia Macías, o el texto de la arquitectura y Tlacotalpan y las imágenes a color que poco de Mariana, que trabajó Valeria Sánchez Michel, o las fotos de comida tradicional mexicana de las que escribió la antropóloga Sol Rubín de la Borbolla.
“Son nuevas aproximaciones a fotografías que ya habíamos visto pero que en ningún momento son, salvo el caso de algunas fotos del ensayo que escribió Eugenia Macías, fotos taquilleras”, asegura.
El libro nos sumerge en pequeños pasajes de la obra de la artista, que bien pueden verse desde el punto de vista del arte, pero también desde el estudio antropológico
La doctora Dorotinsky, quien apenas hace un año fue galardonada con el premio Universidad Nacional por su trayectoria de docencia en la UNAM, explica que la gran mayoría fotografías que contiene son inéditas, “y esto es importante porque nuestra cultura está hecha de muchísimas partículas y a veces terminamos teniendo una visión muy acotada en nuestra cultura visual, con este libro podemos ensanchar esa perspectiva para permitirnos agrandar nuestro horizonte. Este libro amplía el horizonte fotográfico conocido de Mariana Yampolsky”.
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El libro, que se puede descargar de manera gratuita aquí, cuenta con fotografías inéditas y ensayos que nos permiten adentrarnos en la visión de Mariana Yampolsky, de su gran amor por México y sus imágenes. La fotógrafa de origen ucraniano y nacida en Chicago llegó a nuestro país en 1945 apenas con 20 años de edad, para estudiar pintura y escultura en La Esmeralda, lo que quizá explica el gran sentido del arte que tenía en cada encuadre, en cada imagen que plasmaba en sus fotografías.
Yampolsky se naturalizó mexicana y vivió hasta el 3 mayo de 2002, fecha en la que murió en la Ciudad de México.
A través de nueve ensayos, el libro nos sumerge en pequeños pasajes de la obra de la artista que bien pueden verse desde el punto de vista del arte, pero también desde el estudio antropológico. Tal es el caso de las fotografías de Superbarrio, que además del aporte estético, tienen un gran sentido social.
El libro se puede descargar gratis desde la página del Centro de la Imagen
En otro de los capítulos podemos observar las fotografías que hizo en panteones en México, que más allá de darles un sentido lúgubre, retratan la vitalidad y complejidad de estos espacios tan socorridos en la cultura nacional.
Cada escrito resalta una pequeña parte que no conocíamos de la fotógrafa y nos acerca al sentido que tenían en ese momento esas imágenes. ¿Qué pensaba, por qué las tomó, en qué momento de su vida, con qué intención?
También resalta el diseño editorial que hace que cada imagen se acompañe con el texto correcto y fluya la lectura junto a la observación de estas.
Sobre el diseño editorial, Dorotinsky comenta que “está pensado para poderse consultar; Juan Leduc hizo un trabajo que hay que celebrar, pues no es fácil combinar los textos con las fotos… El libro también es un objeto de arte” apunta la coordinadora.
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Al leer el libro se puede notar que hay mucho trabajo detrás, en el que se le invirtieron cientos de horas en los que se revisó cada imagen, cada detalle. Las palabras con las que cada autor se expresa, dejan ver cierta admiración y gran conocimiento del trabajo de Yampolsky, por lo que se trata de un documento para entendidos, pero que también puede fascinar a los que se acercan por primera vez a su trabajo.
Aunque tener el libro al alcance de toda la población de manera gratuita y completamente accesible es un gran acierto, el deseo de ver las imágenes impresas en un formato grande, en un libro físico va más allá de un cliché o de la negación de los formatos digitales. Se trata de un documento valioso que en formato físico también aportaría a cualquier acervo y a cualquier biblioteca de México y del mundo.