Miguel Hidalgo y Costilla es uno de los personajes históricos más emblemáticos de México, sus aportaciones a la Independencia del país lo colocaron como el "Padre de la Patria". No obstante, la imagen de su rostro que todos conocemos hoy en día se trata de una aproximación, pues el cura no tuvo oportunidad de tener su retrato.
Si bien las acciones de Miguel de Hidalgo están muy presentes en los libros de historia de México, el tema de su rostro ha sido de cierta manera una incógnita, pues el cura no tuvo oportunidad de tener su retrato a diferencia de otros héroes insurgentes, de hecho el primer retrato que se hizo fue 16 años después de su muerte.
A lo largo del siglo XIX se realizaron distintos retratos que trataron de darle vida a la imagen de Hidalgo más allá de las letras en libros de historia. De acuerdo con el Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec, el primer retrato que se hizo del cura Hidalgo data de 1827 y fue elaborado por un litógrafo italiano llamado Claudio Linati, quien además estableció la primera prensa litográfica en México.
El retrato que todos conocemos de Hidalgo
El Instituto Nacional de Antropología e Historia explica que durante 1849, en plena pugna entre liberales y conservadores, el Partido Liberal comenzó a utilizar la figura de Hidalgo como símbolo de sus ideales democráticos. Pues hasta antes de ese año, el cura aún no era percibido como un héroe.
Hidalgo era reconocido por haber iniciado la lucha emancipadora, pero se recordaba aún lo que la guerra civil de 1810-1821 había ocasionado: unas 844 acciones de guerra y entre 600 mil y un millón de muertos Explica el INAH
Con el pasar de los años del siglo XIX, la historiografía mexicana comenzó a concebir a Hidalgo como un héroe nacional. De esta forma, en 1865, el segundo emperador de México, Maximiliano de Habsburgo, solicitó la elaboración de pinturas sobre la historia mexicana, entre ellas, el famoso retrato de Miguel Hidalgo realizado por el pintor poblano, Joaquín Ramírez.
Ramírez realizó dicho retrato de Hidalgo sin saber la importancia que tomaría en las décadas posteriores, su retrato muestra al cura como un anciano frente a una mesa de trabajo, con porte intelectual y de legislador.
Con la llegada del Porfiriato en 1876, la figura de Miguel Hidalgo y Costilla se consagró como héroe.
El Porfiriato exaltó a Hidalgo como ejemplo de patriotismo y acentúo su figura de anciano aun cuando Hidalgo contaba con 57 años en 1810 y era un hombre fuerte que recorría largas jornadas a caballoExplica el INAH