Un tondo de Monet es la pieza fundamental en la propuesta del Museo Nacional de Arte (Munal) para crear vasos comunicantes entre el impresionista francés y algunos de sus contemporáneos mexicanos, como Joaquín Clausell, Francisco Romano Villemín, Carlos Rivera e, incluso, José María Velasco, quien si bien no es considerado dentro de esta corriente del arte, sí es, dice Héctor Palhares, nuevo director del Munal y curador de la muestra que se inaugura este jueves, “un maestro de la luz”.

Monet. Luces del Impresionismo, es una “muestra de gabinete” integrada por 12 pinturas, tres piezas del impresionista francés, dos de ellas provenientes del Museo de Dallas: Nenúfares, el tondo con el cual el artista inició la serie de flora acuática que pintó hasta sus últimas obras, y Valle Buona, así como Paisaje en Port Villes, un cuadro del acervo del Museo Soumaya.

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“El impresionismo nos acoge, nos reencuentra con la naturaleza, nos acerca a lo que somos, que en nuestra cultura híper moderna de concretos, de vorágines y caos cotidiano, nos lleva a eso que también hemos construido a través del arte y de nuestra historia, que es el guiño con la naturaleza”, dice en entrevista Palhares acerca del movimiento europeo del siglo XIX que tuvo repercusiones en México, como muestra esta exposición.

La curaduría de esta muestra, montada en una sala del segundo piso del museo, busca “dar cuenta de la cercanía que tiene Monet con nosotros, ese artista que nunca vino a México, pero que está aquí tan presente en sus influencias, en sus voces, en su color, ahora lo tenemos y el hecho de tenerlo es un reencuentro”, apunta el curador.

EL IMPRESIONISMO EN MÉXICO

El político y pintor mexicano Joaquín Clausell fue a Europa, conoció a Monet de quien dijo "con él encontré la maravilla de capturar la luz”. De ahí el título de esta exposición, que al visitarla, provoca en el espectador una sensación casi inmersiva ante la inmensidad de la naturaleza que capturan los artistas.

“Son la luz y el color las que dictan la construcción de un paisaje, por esa razón las primeras críticas contra el impresionismo eran ‘tienen los lentes empañados’, o ‘no ven bien’, porque no hay una forma que siguiera el canon de la academia de la pintura realista, de la precisión en el detalle, como lo vemos en la pieza del Museo Soumaya, donde se ve el juego con el reflejo del agua”, explica el experto.

De acuerdo con Héctor Pahlares, en obras de Monet de han contabilizado hasta 300 tonalidades de verde, “esto obedecía a que el artista en su paleta hacía tantas mezclas como podían darse a través de los pigmentos. Monet decía ‘el mejor pintor es Dios’, y Dios cambia cada segundo el paisaje con la luz. Es lo mismo que hacen los pintores impresionistas, registrando toda esta transición”.

Pahlares relata que el diálogo entre las obras se da de manera natural y en la selección de las piezas de la colección del Munal, “como Las fuentes brotantes de Tlalpan de Clausell, el puntillismo de Romano Villemín, buscamos esa paridad con los artistas europeos, no ver a nuestros impresionistas como menores".

Tras describir a José MaríaVelasco como "el maestro de la luz", el curador explica que Velasco, como profesor en la Academia de San Carlos, destacó precisamente el uso de la luz, "que aprendió de su maestro Eugenio Landesio y que transmitió tanto a contemporáneos como discípulos, como Luis Coto, o Carlos Rivera.

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"En el paisaje de Velasco vemos la luz en una descripción realista, con un dibujo puntual, una percepción muy precisa, que construye el paisaje; él pintaba a mediodía, con una luz cegadora, esa es la línea que inspira a artistas como Clausell, García Nuñez o Mateo Herrera. Monet es la figura nodal en el imaginario occidental, por el paisaje, las flores, nenúfares, un artista de una ejecución rapidísima, podía hacer tres pinturas en un día, porque eran tres trazos, pero qué trazos, un guiño, un tono, un desdibujo podían configurar una obra monumental y eso también pasó en México”, abunda.

“Buscamos crear estos espacios de gabinete, donde las piezas tienen su lugar, como invitar a los artistas a que en torno a la misma mesa compartan un banquete y el público sea invitado a la casa de Monet”.

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