El padre de la arquitectura iraquí moderna, Rifat Chadirji, murió el viernes por la noche a los 93 años, víctima del nuevo coronavirus en Gran Bretaña, donde residía, anunciaron este sábado autoridades y especialistas.
Chadirji, que también fue fotógrafo, participó en todas las obras monumentales de Irak entre 1950 y 1980. Es, por ejemplo, el arquitecto del Monumento a la Libertad, que domina la plaza Tahrir, epicentro de la reciente revuelta popular iraquí en Bagdad.
También diseñó la sede de la Compañía Nacional de Seguros de Mosul, recientemente demolida. Desde este edificio los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) lanzaban al vacío a quienes acusaban de homosexualidad.
El presidente iraquí Barham Saleh lo definió como "una de las mayores voces modernas de la arquitectura iraquí y mundial". El primer ministro en funciones, Adel Abdel Mahdi, dijo que deja "una huella y una escuela para generaciones de artistas y arquitectos".
"Desaparece una gigantesca figura del Irak del siglo XX, de las que sólo se cuentan con los dedos de una mano", afirmó a la AFP Caecilia Pieri, investigadora asociada del Instituto Francés del Medio Oriente (IFPO).
Nacido en una familia patriótica de Bagdad en 1926, Chadirji estudió en Londres y regresó a su ciudad natal en 1952. Allí, el primer ministro Abdelkarim Qasem, que acababa de dar un golpe de Estado contra la realeza, le encarga construir un monumento al soldado desconocido en la plaza Firdaous.
Tras su llegada al poder en 1979, Sadam Husein lo hizo destruir para reemplazarlo por una gigantesca estatua de sí mismo, cuya caída hace 17 años simbolizó el fin de su régimen. Entonces, el dictador envió a Chadirji a la terrible prisión de Abu Ghraib.
Irónicamente, abandona su celda después de 20 meses porque el mismo dictador pidió que le trajeran al mejor arquitecto del país para preparar Bagdad para una conferencia internacional.
Después de un largo exilio en Beirut y otros lugares, regresó a Irak en 2009 y descubrió un país devastado por décadas de guerra, embargo internacional y mala gestión del Estado, que hizo que infraestructuras y edificios estuvieran muy deteriorados.