POR ADRIANA LUNA La ciudad de Córdoba es conocida por su vocación agroindustrial, han sido la caña y el café, los principales pilares de la economía, sin embargo, el aromático atravesó una de sus peores crisis de la cual apenas se está recuperando dando un respiro a los productores que se concentran en 22 comunidades ubicadas en la sierra.UN POCO DE HISTORIA
Desde 1878 en Córdoba se cambió la producción cañera, tabacalera y piñera de las haciendas por la producción del café, gracias a la revolución industrial en Inglaterra en el año 1900. A partir de ahí, se pudo adquirir maquinaria de punta, en ese entonces la mayoría de las haciendas introdujeron el aromático a sus procesos “hubo un boom del café en esa época dorada”, porque se tenía toda la transformación y se exportaba el café verde a muchas partes del mundo y eso género que a Córdoba se le conociera como la ciudad del café.
Se tiene conocimiento que la primera planta de café ingresó a la Hacienda de Guadalupe en Amatlán de los Reyes en el siglo XVIII y de ahí a Córdoba. CÓRDOBA Y SU MUSEO “ÍCONO DEL CAFÉ”
El municipio de Córdoba cuenta con el Museo del Café, proyecto que fue inaugurado en marzo pasado por las autoridades municipales encabezadas por el alcalde Tomás Ríos Bernal.
El objetivo de este lugar, es fomentar el arraigo del café, principal producto de la ciudad, en esta primera etapa es llevar toda la historia cordobesa en base a la transición de la línea histórica.
En el lugar, nos recibe Armando Villegas, especialista en cafeticultura y barista, quien explica desde el ingreso lo que hay en este maravilloso lugar. EL JARDÍN
La entrada al Museo del Café, inicia en un jardín de 250 metros, en el cual se muestra al visitante, las variedad que ha tenido la ciudad y las nuevas a través de la renovación de plantíos que fueron realizados en coordinación con el área de Fomento Agropecuario, Inifap y especialistas de la universidad de Chapingo, esto por iniciativa del alcalde.
En el jardín hay 33 cafetales con 11 varietales distintos, además de un vainillo y tres platanares. De acuerdo al entrevistado, es el reflejo de la sierra de Córdoba, la cual tiene tres mil hectáreas cultivables de aromático y de éstas unas dos mil hectáreas han sido renovadas. LA CHOZA
En el mismo jardín, a un costado del edificio principal se ubica una choza pequeña en donde se muestra la trasformación del café desde que está en la planta hasta el proceso de secado para ingresar al tostado, además de la explicación acercad de la importancia en el ecosistema.
Hay una despulpadora ecológica donde se realiza el proceso de café y una cama africana para secar el grano de manera inocua e impoluta, es decir que no tenga nada de contaminación, “se explica al turista que desconoce el proceso del café desde que nace hasta que se sirve en alguna bebida”.
PRIMERA SALA
La visita a la primera parte del museo y que es al aire libre termina y se da paso a la primera sala que es donde hay una línea histórica y la transición de la industria del café que se tenían en las haciendas cafetaleras.
En este lugar hay una despulpadora marca Jhon Gordon, una majadora que utilizaba diesel o petróleo, una pulidora que ya no se emplea tanto. La mayoría era maquinaria londinense por la revolución industrial, explica especialista que fuimos punteros en tecnología.
En esta sala se da muestra del proceso del café desde la finca, la colecta del fruto hasta el proceso de secado, tostado y molida con antiguas máquinas que fueron traídas desde Inglaterra pero también hay una máquina de manufactura mexicana es de la marca “La Nacional”. SALA INTERACTIVA
Le sigue la sala interactiva, la cual cuenta con pantallas digitales donde los visitantes pueden conocer todo lo relacionado con el café, su historia, leyenda, ruta, variedades, países productores, medidas, proceso y demás, sólo con tocar la pantalla, el interés por saber más en esta sala aumenta, el visitante se pierde por varios minutos conociendo la historia del aromático y cómo llegó a Córdoba. SALA SENSORIAL
La fase final y con lo que termina la visita al museo es la sala sensorial, además de conocerse la historia del café en Córdoba y su importancia económica en la zona, se disfruta una variedad de bebidas preparadas con mucho esmero y dedicación por parte de los cuatro baristas encabezados precisamente por Armando Villegas.
En este lugar se cuenta con una serie de fotografías y la historia de la Eufrosina Sarmiento “La negra Moya”, conocida en la ciudad por ser líder de las desmanchadoras de café, un agrupación de al menos 200 mujeres que se dedicaban a escoger el café cuando existía el Inmecafe.
En la misma área esta la barra de degustación, la favorita de los visitantes, ya que se tienen 30 variedades de bebidas alusivas a los 30 caballeros y donde se muestra las bondades del café.
Se ofrecen además siete procesos de extracción, que son; prensa francesa, Aero Press, V60, Chemex, Sifón Japonés, Kleber y Cafetera de Expresso Semiautomática y una bebida especial llamada “La negra Moya”. LA SIERRA DEL CAFÉ
Para Armando Villegas, el Museo del Café ha venido a darle un plus al café de Córdoba, que sí bien ya se sentían abandonados los productores, saben ahora que se requiere impulsar el producto, “renovar o morir”, señala.
Indica que el producto que aquí se consume es local y se está enseñando al campesino a darle valor agregado a su producto y sobre todo que sus hijos se capaciten.
Menciona que desde hace cuatro años, en Córdoba empezaron a surgir barras de especialidades, las cuales están enseñando a consumir café de calidad, a consumir producto local y ahora con el museo va en aumento el interés por aprender más del café de Córdoba.