En el marco de la 30 edición de la Feria Internacional del Libro Monterrey 2022 la poeta uruguaya Ida Vitale, ganadora del Premio Cervantes en 2019, ofreció una lectura como parte de un diálogo con periodistas.
Ida nació el 2 de noviembre de 1923, en Montevideo, Uruguay. Su padre fue Publio Tesio, de orígenes italianos y descendiente de migrantes europeos que llegaron al país sudamericano. En el encuentro relató que sus padres murieron cuando ella era apenas una niña, por lo que se crió con una abuela mayor, “cuya muerte era lógica y natural”.
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En ese sentido, enfatizó: “No se puede vivir pensando en la muerte; debe de ser terrible vivir mucho tiempo, ya vivir casi un siglo es bastante”. También recordó que empezó a escribir desde muy pequeña; comenzó por publicar sus poemas en una editorial doméstica y apenas unas pocas librerías ofrecían sus primeros escritos, sin imaginarse en ese entonces la figura cultural en la que se convertiría años después.
Sobre su experiencia de escribir a su edad, consideró que es igual que a los setentas, “ni con mayor ni con menor seguridad, creo que cada poema es una aventura. Las cosas se trasforman, se resuelven de otra manera, no suelo escribir cosas ni planear; no suelo escribir cosas con un tema muy evidente, de pronto sí, de pronto no”. Próxima a cumplir 99 años el 2 de noviembre, bromeó sobre la forma en que celebrará su próximo cumpleaños: “olvidándolo”, comentario que desató la risas de los asistentes.
La poeta reflexionó sobre la muerte pero aseguró que no es algo que le guste tener presente. A pregunta expresa sobre si ha pensado en la muerte, consideró que “es complicado vivir pensando en ello, de repente uno no se levantaría, no se sabe por dónde te puede tocar, supongo que habrá gente más cercada por la muerte, a veces nos toca muy de cerca, a veces no. Los que son muy jóvenes no la tendrán muy presente, pero forma parte de la vida”, señaló la aclamada poeta.
Ida Vitale, quien ha publicado obras como “Tiempo sin Claves” adelantó que no tiene aún planeado su próximo libro, pues se describe a sí misma como un “bicho tranquilo” a quien no le gusta llevar prisa ni agendas de temas a tratar en sus escritos.“No creo que nadie piense cómo quisiera morir, más sería bueno morir sin darse cuenta; cómo no sé que pasa cuando uno se muere, no sé si me quedaría con alguna angustia por no haber terminado algo o simplemente pasaré a mejor vida”. Asimismo, dijo que no ha pensado en el legado que le gustaría dejar: “Supongo que uno podría ser que a alguien le sirviera algo mío que leyera, pero no me planteo eso, tampoco le reclamo a nadie un legado; no dejo legado porque tampoco creo que sea una cosa tan importante como para preocuparme del post mortem”.
Ida Vitale deseó longevidad para la poesía. “No sé siquiera si va sobrevivir la poesía, supongo que sí, como en el mundo reina más el mal que el bien puede ser que a veces algo se destruya, a veces hay cambios, a veces determinado tipo de poesía desaparece un poco. En un momento se anunció el final del soneto y sin embargo hay gente que sigue escribiendo soneto; y es que es una forma tan perfecta que tiene asegurado un futuro por bastante tiempo”, concluyó.
Del 8 al 16 de octubre, la FIL-Monterrey ofrecerá a los lectores más de 900 actividades agrupadas bajo los ejes temáticos: literario, humanístico y académico, profesional y juvenil, además de actividades artísticas independientes.