Las peleas de gallos constantemente son tema de debate entre los aficionados, empresarios dedicados a esta actividad y activistas debido a que estos espectáculos son en algunos estados patrimonio cultural inmaterial, pero en otros pueden ser eventos donde germina con facilidad la violencia.
Por ejemplo, hace poco, en Zacatecas, las peleas de gallos cumplieron una década como Patrimonio Cultural Inmaterial, declaratoria decretada por el Congreso local en 2013. En la actualidad, sólo cinco entidades tienen esta distinción: Nayarit, Hidalgo, Zacatecas, Tlaxcala y Aguascalientes.
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En junio de 2022 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró como inconstitucional el que se consideren estos espectáculos como “Patrimonio Cultural Inmaterial” en México. Lo cual, no las prohibió, pero si determinó que no las protegiera si uno o varios estados deciden prohibirla.
En Baja California, si bien no están prohibidas, éstas no se pueden llevar a cabo en la capital del estado, provocando que esta actividad sea clandestina, inclusive, se externó que tras estas peleas hay apuestas donde se esconde el crimen organizado. En contraste, en Coahuila, las peleas de gallos están prohibidas, al ser reformada el 21 de septiembre del 2012 la Ley de Protección a los Animales en su Artículo 10.
En otros estados como Morelos y Estado de México, estas peleas no son ilegales, no obstante, los protocolos tienen que estar en regla. En primer lugar, un gallero debe de estar registrado ante el Senasica (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad, y Calidad Agroalimentaria).
No solo mueren gallos, también personas
Y es que, las peleas de gallos son actos de suma violencia y crueldad que promueven el maltrato grave, que no solo provocan daños a la integridad o deterioro de la salud de estas aves, pues también se han registrado hechos delictivos dejando muertes.
La madrugada del sábado 22 de abril de este año, en el municipio de Temixco, Morelos, un grupo armado irrumpió un palenque clandestino en la colonia Campo Sotelo, donde se realizaba esta actividad. El comando mató a un hombre y lesionó a por lo menos dos personas más.
Asimismo, las autoridades localizaron una granada, la cual no explotó. Los efectivos de seguridad tuvieron que desalojar a alrededor de 200 vecinos ante el riesgo que representaba.
Un mes antes, la noche del 25 de marzo, en el municipio de Tlaquiltenango al sur del estado, otro comando ingresó al recinto donde se realizaban peleas de gallos clandestinas y atacó a cuatro personas. El saldo fue de un hombre sin vida y tres heridos.
Hay muchas familias que se mantienen de ello, y si llegaran a prohibirse los gallos de pelea, se desataría un desempleo muy grande
Érick Humberto Hernández, criador de gallos
Por otra parte, en la localidad de Villa Comaltitlán en Chiapas, en el 2020, se registraron dos hechos violentos en peleas clandestinas en donde con palos y machetes se enfrentaron entre galleros en la primera ocasión; y ese mismo año fue asesinada por una bala una mujer cuando trataba de defender a su esposo que tuvo problemas porque los resultados no le favorecieron, situaciones que se han replicado en Mapastepec.
Fuentes oficiales de los ayuntamientos de Mapastepec y Villa Comaltitlán revelan que los supuestos permisos los otorgan los mismos jueces rurales y comisariados ejidales, argumentando que las ganancias generadas benefician a la comunidad, pero en realidad, no hay aportaciones para los pobladores y los únicos remunerados son los mismos organizadores.
Humberto N, una persona que gustaba de este tipo de diversión, dio a conocer que por más de 10 años participó en apuestas informales y llegó a tener 50 gallos. El exgallero confirma que efectivamente en estas actividades se propicia la venta de bebidas alcohólicas sin medida, e incluso, se da la comercialización de estupefacientes, siendo estos dos factores los que generalmente originan la violencia, sin que exista autoridad que tome el control, por lo que decidió cambiar a una actividad más tradicional y vendió todos sus animales, pues al final sus gastos eran mayores a lo que percibía.
Además de implicar miles de pesos en transacciones (apuestas) que no son reportadas a las autoridades correspondientes y la comisión de ilícitos contra la salud pública.
Un gallo alimenta a cientos de familias
El criador de gallos, Érick Humberto Hernández, quien también pertenece a la Federación de Criadores de Aves de Combate en Zacatecas, cuenta que un gallo semental con dos gallinas cuesta cerca de 20 mil pesos, ya que son muchos los gastos que implica su crianza y que va desde las vacunas, las jaulas, bebederos, comederos y el alimento. Sin embargo, los costos son muy variables por las razas de aves, que van desde quinientos pesos y pueden alcanzar hasta los 100 mil pesos. Por ejemplo, en el Estado de México, las cifras se elevan a 40 mil pesos por ejemplar, dependiendo principalmente del prestigio del criador.
“Un bulto de alimento cuesta mil pesos, te podría decir que los gallos comen mejor que yo”, bromea Érick Humberto. El promedio de vida de un gallo es de seis años; a los dos años de edad está listo para el combate.
Además de la actividad que se desarrolla en las granjas con la crianza y el comercio de los animales, en cada palenque –dijo- se generan ingresos para meseros, barrenderos, jueces, staff, empresarios y corredores: “Esto es un mundo; también está el que fabrica jaulas, el que produce el alimento, los veterinarios y hasta las farmacéuticas, porque hay mucho medicamento especial para los gallos”, comentó.
Agregó que esta práctica sigue siendo un negocio rentable, sobre todo para los apostadores, personajes característicos de los palenques. En México, existen torneos en donde el premio puede llegar hasta los dos millones pesos, según señaló el criador.
Antes de cada combate, se coloca en la pata una navaja de una pulgada sumamente afilada. En cada pelea el objetivo es causar el mayor daño posible al contrincante, llegando incluso a matarle. En promedio, los combates duran un minuto.
Existen categorías menos cruentas, como las “de golpe” donde no se utilizan navajas, sino un objeto pequeño con forma de tachuela que sirve para golpear la cabeza del gallo contrario; esos encuentros llegan a durar hasta 30 minutos.
La tradición se vuelve crueldad
Luego de diversas denuncias que han circulado en redes sociales, incluso, cuando en una escuela de Aguascalientes llevó a cabo una pelea de gallos, la presidenta de la Asociación Fortaleza Animal, Aurea Escobedo, destacó que tarde o temprano, tanto la tauromaquia como las peleas de gallos tendrán que ser erradicadas por ley.
En Tamaulipas, el diputado del Partido Acción Nacional (PAN), Edmundo Maron, reconoció que no existe un proyecto de ley para eliminar las peleas de gallos. “Resulta irónico y contradictorio que en el listado de leyes vigentes de la entidad aparezcan dos cuerpos legales totalmente opuestos, uno que regula y fomenta un espectáculo mediante el cual se autoriza torturar y matar toros con crueldad y violencia, y otro que protege la vida de los animales”.
Los palenques con peleas de gallos no es un tema que interese a los diputados del Congreso de Tamaulipas, justo porque este tipo de eventos han dejado de interesar a la ciudadanía, afirmó Edmundo Maron.
En Aguascalientes, la diputada Alma Hilda Medina Macías opinó que una prohibición de estos actos tiene que tener un análisis desde diferentes puntos de vida, siendo el económico uno de los más fundamentales, pues durante todo el año se están celebrando actividades de este tipo.
Por su parte, la activista de protección animal Isela Dorado, opinó que Zacatecas y el país están atravesando por una situación de maltrato y abandono animal alarmante. Mencionó que los ayuntamientos, autoridad que expide los permisos para las peleas, “no se están involucrando como deberían” en la protección animal.
Diferentes asociaciones de protección animal coinciden que esta actividad promueve el deterioro de la salud e incluso la muerte con sufrimiento del gallo en estado de conciencia e inconsciencia.
Del mismo modo, la abogada animalista Marisol Taboada, quien es activista defensora de los derechos animales en la organización, Mundo Woof, externó que las peleas de gallos seguirán existiendo mientras haya personas que paguen y consuman este tipo de eventos, además de que no hay una ley que regule a fondo este tipo de espectáculo que atenta contra la integridad de estos animales.
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“Es un evento que desgraciadamente sigue siendo regulado en favor, por ejemplo, el palenque de la feria de San Luis Potosí es principalmente la sede de este hecho; un principio de derecho, que nos dice todo lo que no está estrictamente prohibido, está lícitamente permitido por la ley, que les asiste a los gallos”.