Teotihuacán "el lugar donde los hombres se convierten en dioses" fue una de la ciudades más grandes de Mesoamérica, donde se construyeron importantes edificaciones durante su época de apogeo.
La ciudad de Teotihuacán, clasificada como Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO desde 1987, cuenta con monumentos emblamáticos como la Pirámide del Sol, la Pirámide de la Luna, la Calzada de los Muertosy la Ciudadela con el Templo de la Serpiente Emplumada.
Y aunque durante años las investigaciones partieron de la idea de que la parte central de la ciudad estaba orientada a la Pirámide del Sol, un estudio reciente sugiere que la Pirámide de la Luna podría ser la construcción más importante y la que marca el eje de orientación astronómico de Teotihuacán.
¿Por qué se cree que la Pirámide de la Luna marca el eje astronómico de Teotihuacán?
Un equipo de especialistas en arqueoastronomía de la Univesidad del Tepeyac (UT) y de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) elaborarón una hipótesis respecto a que la Pirámide de la Luna marca el eje de orientación astronómica de la antigua ciudad de Teotihuacán por la alineación de sus vértices.
El grupo coordinado por el investigador Ismael Arturo Montero García, constató que los vértices de la Pirámide de la Luna se alinean al "noreste con el solsticio de verano, para el amanecer; y al suroeste, con el solsticio de invierno, para el ocaso".
Además, los arqueólogos Aarón González Benítez y Rafael Morales Orozco, así como la geógrafa Anabell Pérez Flores, señalan que los teotihuacanos usaron el paisaje para destacar el solticio de verano, según indica el INAH en un comunicado.
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Según su investigación, desde lo más alto de la Pirámide de la Luna puede observarse cómo durante el día más largo del año el Sol se levanta sobre el volcán Xihuingo, mientras que en el ocaso se oculta al oeste detrás del cerro Maninal.
Este nuevo modelo contradice a los anteriores que se centraban en la Pirámide del Sol y pone a la Pirámide de la Luna como la edificación más importante.
El volumen de la Pirámide de la Luna establecía una relación proporcional con la delimitación perimetral del espacio. Esta frontalidad contenía las visuales como un eje longitudinal que remataba visualmente con las fachadas de los demás edificios.
señala Montero García.
Montero García también destaca que la clave es la orientación al oeste de de la escalinata de la Prámide del Sol que "señala el ocaso del astro los días 29 de abril y 13 de agosto", es decir 52 días antes y 52 días después del solsticio de verano, mientras que al amanecer, desde lo alto del edificio, se tienen los días 12 de febrero y 29 de octubre, que también son 52 días después y 52 días antes del solsticio de invierno.
El 52 es número importante pues en la cosmovisión prehispánica de un Fuego nuevo "y hacía conmensurable la rueda calendárica que combinaba al xihuitl, de 365 días, con el calendario ritual de 260 días, denominado tonalpohualli".
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“Tomando como referencia el lado este de la pirámide y al trazar una perpendicular justamente a la mitad, tenemos los días 29 de octubre y 12 de febrero. Si repetimos el ejercicio del lado oeste, obtenemos las alineaciones para el 29 de abril y el 13 de agosto. El templo en su cima (hoy inexistente) permitía ver al Sol rasante, alineado al muro de acceso en la fachada, en lo que se define como alineamientos laterales”, concluye Montero.
