La idea de que algunas de las estrellas más brillantes del mundo se extingan a los 27 años tiene cierto atractivo. El llamado “Club de los 27” ha cautivado la imaginación del público durante medio siglo. Entre sus miembros se encuentran músicos legendarios como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain y Amy Winehouse. La idea es tan seductora como trágica: una convergencia de talento, fama y muerte prematura a una edad singular.
Pero, ¿hay algo de verdad en este fenómeno o es simplemente una historia que nos contamos a nosotros mismos y a los demás sobre la fama y la juventud?
En nuestra investigación recién publicada, mi colega Patrick Kaminski y yo exploramos por qué el ·Club de los 27 persiste en la cultura. Queríamos explorar el tema para entender cómo este mito gana fuerza y afecta la percepción de la realidad de las personas.
¿Es real el Club de los 27?
El origen de este supuesto grupo se remonta a principios de la década de 1970, tras la muerte de Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison, todos a la edad de 27 años, en un lapso de dos años.
Esa extraña coincidencia dejó su marca en la memoria colectiva. No fue sólo su edad. Fue el hilo conductor del genio musical, la influencia contracultural y el atractivo trágico de vidas truncadas por un cóctel de fama, consumo de drogas y la lucha por el ser humano. La narrativa no es sólo convincente sino casi mística en su sincronicidad.
Al analizar los datos de 344 mil 156 personas fallecidas notables que figuran en Wikipedia, descubrimos que, si bien no hay un mayor riesgo de morir a los 27 años, quienes mueren a esa edad reciben mucha más atención pública. Utilizando las visitas a las páginas de Wikipedia como indicador de fama, nuestro estudio reveló que los legados de estos jóvenes de 27 años se amplifican y obtienen más visibilidad que los de quienes mueren a edades adyacentes.
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Esa mayor visibilidad tiene un efecto extraño: las personas tienen más probabilidades de encontrarse con personas que murieron a los 27 años que con personas de otras edades jóvenes, incluso si no son conscientes del mito. Esto, a su vez, crea la apariencia de un mayor riesgo de mortalidad a los 27 años. El mito del “Club de los 27” es una profecía autocumplida: se volvió “real” porque lo creímos.
Al comprender los procesos detrás de los mitos, podemos apreciar mejor lo que las personas cuentan
Por qué existe el Club
Creemos que este fenómeno se puede entender a través de tres conceptos interrelacionados: dependencia de la trayectoria, estigmergia y reificación memética.
La dependencia de la trayectoria se refiere a cómo los eventos aleatorios pueden sentar un precedente que influye en los resultados futuros. El grupo inicial de muertes de alto perfil a los 27 años era estadísticamente improbable (estimamos que una de cada 100 mil líneas de tiempo tendría cuatro muertes famosas de ese tipo a los 27 años), pero estableció una vía narrativa que ha persistido y ha dado forma a la realidad colectiva.
La estigmergia describe cómo los rastros de un evento o acción que quedan en el entorno pueden coordinar indirectamente eventos o acciones futuras. En la era digital, plataformas como Wikipedia sirven como repositorios de la memoria colectiva. La existencia de una página dedicada al Club 27, con enlaces a las páginas de sus miembros, aumenta la visibilidad de quienes mueren a los 27 años. Esto crea un ciclo de retroalimentación: cuanto más hacemos clic, más prominentes se vuelven estas figuras y más se refuerza el mito.
Finalmente, lo que llamamos reificación memética captura cómo las creencias pueden dar forma a la realidad. Nos basamos en un concepto sociológico llamado teorema de Thomas, que establece que si "defines una situación como real, son reales en sus consecuencias". El mito del Club de los 27 tiene efectos tangibles en la memoria cultural y la fama. Al darle importancia a la edad de 27 años, la sociedad eleva el legado de quienes mueren a esa edad, lo que hace que el mito sea materialmente importante.
“Si bien no hay un mayor riesgo de morir a los 27 años, los músicos que mueren a esa edad reciben mucha más atención pública”
Sin embargo, no se trata de un fenómeno aislado. Los patrones culturales a menudo surgen de eventos fortuitos que, a través del compromiso colectivo y la narración de historias, se arraigan en nuestra comprensión del mundo.
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Al desentrañar el mito, reconocemos las profundas formas en que las narrativas influyen en nuestra conciencia colectiva. Al comprender los procesos detrás de la formación de los mitos, podemos apreciar mejor la riqueza de la cultura y las historias que las personas eligen contar.
* El autor es investigador de la Universidad de California, Davis. Traducción de El Sol de México.