La Biblioteca Nacional de España acogerá la exposición ‘Malos libros, la censura en la España moderna’, con 94 obras originales que incluyen libros vedados, intervenidos, tachados y mutilados.
Del total del casi centenar de obras, 87 pertenecen a la Biblioteca Nacional. La muestra está dedicada a los índices de libros prohibidos y expurgados y a su contenido, esto es: a los libros vedados, intervenidos, tachados y mutilados, y también a los perdidos, quemados, emparedados o arrojados a los pozos.
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“Más allá de la batalla contra la herejía, el protestantismo y el libro luterano, que era su propósito originario, los índices alcanzaron también a la historia, a la ficción o a las oraciones y las formas de piedad popular; transformaron la industria editorial, la ordenación de las bibliotecas, la organización de las profesiones y de los oficios en torno al libro, y hasta la concepción de la escritura y de la lectura”, según la institución.
Estos libros determinaron además la percepción de la heterodoxia en otras manifestaciones artísticas, como estampas o medallas, además de que generaron “un clima de recelo, culpa y sospecha ante el libro y la textualidad”.
La exposición se organiza en dos secciones, con preámbulo y epílogo y un breve intermedio entre ambas. En ese sentido, trata de mostrar que la censura de libros puede entenderse como una forma de limitar y erradicar el disenso religioso y político como un instrumento de control social y de creación de convicciones, y como un medio de acceder a las conciencias de los individuos mediante la vigilancia de la lectura y la intervención en la textualidad.
“Sus herramientas más visibles, aunque no las únicas, son la prohibición de libros, su transformación mediante el expurgo -que recorta o tacha selectivamente pasajes de un manuscrito o un impreso-, la actividad de calificación o diagnóstico que determina que un texto es herético, erróneo, escandaloso, peligroso, injurioso o temerario, o la representación de la lectura de los libros malos como un envenenamiento de las almas o de las conciencias”, añade la institución.
Organizada como si de un libro se tratara -con preámbulo, epílogo, dos capítulos y un intermedio- la exposición reúne también varios libros reunidos bajo el título ‘Las huellas del expurgo’, que se trata de obras tachadas, encoladas o con páginas arrancadas.
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Sin embargo, en esta exposición faltan dos piezas únicas afectadas por la censura y conservadas de forma extraordinaria y azarosa, que debido a que las instituciones custodias no han prestado y que se han incluido a través de una reproducción.
Se trata de un amuleto mágico impreso, la nómina de Barcarrota, y de un grabado erótico del llamado “Opúsculo Toscanini”, el único ejemplar impreso que ha sobrevivido de la primera edición de los célebres Dieciséis modos.
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