El cine de animación de Sofía Carrillo (Guadalajara, 1980) es como una autoetnografía. Sus historias fantásticas están cargadas de relatos íntimos y familiares, y cada personaje es la representación de alguna emoción o recuerdo personal. Se trata de un ejercicio de autoexploración que la también fotógrafa, directora de arte y guionista emprendió sin buscarlo; sucedió de manera orgánica.
“Lo que hago es que cuento historias de mi familia porque me gusta contar de lo que conozco y hay mucho que profundizar al respecto, cuando quiero hablar del amor o la tristeza me doy cuenta que lo he experimentado en la historia familiar, incluso con gente que no conocí como mis abuelos y de ahí abordo mis historias”, dice en entrevista quien estudió Artes Visuales en la Universidad de Guadalajara.
Carrillo integra el primer Compendio de Cineastas Contemporáneas, una iniciativa del Festival de Morelia que reúne el autorretrato visual de una docena de creadoras mexicanas, con presencia en festivales nacionales e internacionales. Este primer grupo se integra por Ángeles Cruz, Astrid Rondero y Fernanda Valadez, Claudia Saint Luce, Elisa Miller, Itandehui Jansen, Lucía Gajá, Luna Maran, María Sojob, Natalia Beristáin, Rita Basulto y Sofía Carrillo.
La propuesta es compilar una serie de autorretratos audiovisuales protagonizados por las realizadoras mexicanas que se exhibieron en la última edición del Festival de Cine de Morelia y quedaron en su archivo. En cada video, las directoras reflexionan sobre sus procesos de creación, narrativas, inquietudes y puntos de vista sobre el quehacer cinematográfico.
En el caso de Sofía Carrillo, la autora enfatiza cómo su entorno familiar ha influido en gran medida en su trayectoria cinematográfica, y cómo cada historia que cuenta tiene raíz en sus relatos personales.
“Todos contamos desde nuestras trincheras y punto de vista lo que tiene que ver con nuestra historia familiar, nuestras particularidades, es lo que hago y muy específicamente está contado desde la historia de mi familia”, acotó quien ha expuesto su trabajo en más de 50 festivales.
Carrillo encontró en el cine el punto medio entre la literatura y la pintura, dos disciplinas que desde la infancia la cautivaron. “Escribía cuentos desde muy chica y pensaba en la posibilidad de escribir cuentos donde sucedieran cosas fantásticas, siempre he sido muy fantasiosa, y me parecía que se podía complementar bien un cuento con una imagen surrealista, lo interesante fue que me topé con esta nueva posibilidad de contar con más elementos y me pareció un regalo de vida”, apuntó.
Sobre el compendio, la autora del cortometraje La casa triste (2013) refirió que es una iniciativa necesaria una vez que el número de productoras crece exponencialmente, y en cada festival nacional o internacional aparecen nuevos nombres de directoras con propuestas innovadoras.
“Esta forma de juntar las voces femeninas del cine me parece una maravilla sobre todo porque se pueden perder en este universo cinematográfico, y en el cine animado hay un crecimiento exponencial que se debe reconocer”, precisó al adelantar que habrá un segundo compendio con otras productoras mexicanas.