México, 17 ene (EFE).- Al sur de Ciudad de México, en el barrio de San Ángel, se encuentra el museo de El Carmen, ubicado en el antiguo colegio de San Ángelo Mártir, del siglo XVII, en cuya "capilla mortuoria" existen una serie de momias en muy buen estado de conservación y que su origen concreto es aún un misterio.
Fueron descubiertas durante la Revolución mexicana, iniciada en 1910, cuando las tropas zapatistas entraron en el complejo, escarbaron en el suelo de la cripta y encontraron estos cuerpos, que finalmente dejaron amontonados en un costado del lugar.
Después de que los revolucionarios se fueron del lugar, los monjes regresaron al mismo y se sorprendieron con las 12 momias. Y, a partir de este momento, surgieron muchas leyendas en torno a su origen.
Entre ellas, aquella que asegura que fueron traídas por los propios revolucionarios y que las depositaron allí porque era un enclave "sagrado". "Pero no se sabe absolutamente nada", aseguró a Efe Daniela Alcalá Almeida, jefa de difusión del museo de El Carmen.
"Se constituyen como un patrimonio cultural muy importante porque arrojan mucha información histórica sobre cómo se vivía en otros tiempos, sobre todo en el México del siglo XIX", confirmó a Efe Daniela Alcalá Almeida, debido a que, a través de estos cuerpos, se conocen las características físicas de la época o de qué se moría.
Además, las buenas características del terreno contribuyeron a la acelerada deshidratación de los cadáveres, lo que inhibió la descomposición de los tejidos, provocando su momificación.