Luis de Tavira quiere hacer un homenaje al teatro, a través de la obra La última cinta de Krapp, donde funge como protagonista. Con ello cambia el rol de director que suele tener, por el de un intérprete que se adentra en una mente muy interesante, como él mismo la define.
"No siento que haya mucho en común con mi personaje, no se trata de mí, pero sé encontrar lo que resuena con mi vida", señaló en conferencia de prensa. "Debió ser una extraordinaria vida la de este hombre, mi acercamiento es al misterio del otro, y ese es el gran reto de la actuación, poder aspirar a ser el otro".
El monólogo fue escrito por Samuel Beckett, y presenta las memorias de un hombre que al celebrar su cumpleaños número 69, siente la necesidad de escuchar una vieja grabación que hizo 30 años atrás.
En ella habla de sus amores, de sus pérdidas, de su regreso a Irlanda, de las mujeres de su vida y de la crisis que vivió décadas atrás, y todo ello para reflexionar acerca de la vulnerabilidad y la fragilidad humana, del paso del tiempo y de la crudeza de la vejez.
Al respecto, el actor opinó: “Krapp tiene una hondura y una honestidad envidiable. Y es producto de una redención de la que intento ser testigo, esa oscuridad yo pensaba que debía superar. Este ejercicio, que este hombre práctica en soledad, es el reconocimiento de que no decimos cosas, y somos eso que decimos, somos ese aliento y ese instante, que queda ahí registrado”.
La dirección estuvo a cargo de Sandra Félix, quien se dijo una gran admiradora del trabajo de Luis. Asimismo, destacó que durante la construcción de esta puesta buscó en todo momento aprovechar todas sus habilidades artísticas.
“Me imponía mucho dirigirlo, fue muy sencillo realmente, porque admira y respeta a los actores. Porque él siendo director, sabe que los actores deben tener un impulso creativo para poder dar más”, comentó.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
“Yo era un conducto para que llegue la creatividad del actor, que pudiera tener sus imágenes, su construcción. Él era una obediente persona en el mejor sentido. Alguien que sabía que podía confiar en mí y yo en él. El trabajo creativo es de exploración, de ir tomando caminos y luego quitarnos unos caminos para entrar a otros”.
La última cinta de Krapp presentará dos únicas funciones, el viernes 17 de febrero a las 20:30, y el sábado 18 a las 19:00 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.