En la actualidad es común ver a personas utilizar el término "teporocho" de forma peyorativa a personas en situación de calle y/o con problemas de alcoholismo. Adjetivo que tiene su contexto histórico, pues se remonta a la época del Porfiriato.
El porfiriato ha pasado a la historia con tintes claroscuros, pues si bien se le reconoce un desarrollo económico, de infraestructura y comunicaciones, entre otras cosas, vino de la mano de una gran desigualdad social que se disparó dramáticamente.
De acuerdo con la historiadora de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Dra. Julieta Ortiz, la desigualdad social durante el largo y poco democrático gobierno de Porfirio Diaz, fue evidente. Tan sólo en 1895 se contaban un total de 12.6 millones de habitantes en México, de los cuales solo el 2 por ciento representaba a la clase privilegiada con respecto al nivel económico y político.
Por otro lado, la población trabajadora y más empobrecida, a quienes mantenían en deuda sistemáticamente en las tiendas de raya, incluso hasta la muerte, constituían el 90 por ciento de la población total. Mientras que el 8 por ciento restante lo conformaron burócratas y profesionales.
Alcoholismo se asociaba a clases bajas durante el Porfiriato
De acuerdo con la Academia Mexicana de la Lengua, "teporocho" se refiere a un ‘alcohólico indigente’ y explica que se trata de un mexicanismo del cual se desconoce su etimología.
La entidad aclara que su origen se remonta a inicios del siglos XX durante el ocaso del porfiriato, época en la que surgió la costumbre de beber infusiones de hojas de naranjo o canela mezcladas con alcohol.
Estas bebidas se vendían en puestos callejeros y su precio era de ocho centavos; de ahí teporocho, es decir –té-por-ocho– Explica el sitio web de la Academia Mexicana de la Lengua
La investigadora Nadia Menéndez Di Pardo señala en el ensayo "Alcoholismo, historiografía y saberes médicos durante el porfiriato en la Ciudad de México" de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que durante el porfiriato se desarrolló en México la construcción médica del alcoholismo, pues se trataba de una de las principales causas de enfermedad y mortalidad en ese entonces.
Los médicos determinaron que alcoholismo era lo mismo que vicio, desorden y problema social; desde la mirada médica se construyó la mayor parte de las explicaciones “científicas” sobre las causas y consecuencias de la enfermedad, además de los criterios técnicos que posibilitaban el control social de las clases bajas. Explica Menéndez Di Pardo.
Menéndez explica que la evidente desigualdad se correlacionaban con la incidencia diferenciada de las enfermedades entre la población debido a las altas tasas de mortalidad de enfermedades "infectocontagiosas" y, en segundo lugar, de alcoholismo, desde sus consecuencias directas e indirectas de la enfermedad.
Cabe mencionar que dicho ensayo señala que las fuentes médicas verificadas muestran que los médicos porfirianos asociaban al alcoholismo con cirrosis hepática, problemas gastrointestinales, epilepsia, idiocia, "locura" y especialmente, criminalidad.
Añade que las definiciones técnicas sobre alcoholismo planteaban este fenómeno en términos morales, ya sea como vicio, como degeneración y como lacra social.
Finalmente, es por dicha situación de desigualdad social, de abuso y explotación laboral de las clases bajas que aunada a la constante reelección política de Díaz en la silla presidencial, fueron factores determinantes que provocaron el inicio de la Revolución Mexicana y el posterior destierro de Porfirio a Francia.