/ viernes 30 de junio de 2023

This Is The Kit: Nuevos rostros de la escena inglesa

La cantante y guitarrista habla de su nuevo álbum, que recibió una oleada de elogios de la prensa internacional

En un día complejo de trabajo tuve la misión de platicar vía Zoom con Kate Stables para hablar de su nuevo disco. Corriendo entre mis actividades, cuando me conecté me di cuenta de que yo estaba completamente despeinado y eso me dio pie para preguntarle sobre su primer disco, titulado Krülle Bol (que en holandés significa alguien con pelo chino) sobre el origen de este curioso título que inicia su carrera y que intuyo que significa algo más para ella, como persona y como músico.

“Fue un disco muy personal, con mis primeras canciones y también tiene que ver con que en ese lapso de mi vida mi compañero también tenía el pelo rizado como yo, y eso era como una camaradería aparte de la personal y profesional. ¡Incluso en esa época nació mi hija y también con pelo chino!

Te puede interesar: [Entrevista] La experiencia completa de Beak>

¿Como compositora y músico, qué diferencias encuentras entre aquel primer disco y este último?

Existen muchísimas, pero tal vez la principal, y siendo difícil de decirlo, es que el primer disco es principalmente un disco solista, pues estábamos sólo yo y mi compañero Jessie con John Parish (el productor) en un estudio en la bella y lejana Italia, ya que era la casa del ingeniero de grabación… Lo hicimos muy sencillo, éramos sólo nosotros tocando en vivo, con lo mínimo indispensable.

¡Y en este último hay un montón de gente! He formado una banda con la que salgo de gira desde hace un tiempo y todos participan, además de los integrantes de la sección de alientos y de varios amigos e inclusive un coro completo. En resumen, sónicamente mi último álbum es mucho más denso y ahora compongo diferente.

¿Te sientes diferente como persona desde ese último disco?

¡Me siento diferente de la anterior semana! En el buen sentido, creo que he crecido, las cosas en general están mejor, he aprendido varias cosas. Mis primeros discos son como cápsulas del tiempo que documentan cómo éramos, pero ahora siento que estoy en un mejor lugar.


Hablando de cápsulas del tiempo pienso en Glenn Gould, el pianista canadiense que durante gran parte de su vida decidió no hacer más conciertos y dedicarse sólo a grabar discos porque consideraba que eran testimonios, testamentos de él para el mundo.

¿Crees de alguna forma que tus discos son testamentos para el público de tu generación en estos tiempos tan difíciles?

Mmh, no lo creo… Para mí es un poco pretencioso hablar de algo para el mundo, pero siento que es más como una ofrenda que incluye todo lo que siento y lo que estudio y lo que puedo preguntar, hoy como soy, esperando que inevitablemente tenga alguna resonancia en otra gente del mundo, ya que hay algunos temas que son comunes y eso pasa cuando trabajas con las palabras porque brotan las coincidencias y la magia aparece… Para mí, que disfruto muchísimo tocar en vivo, los discos son otra forma diferente de ejecutar mi música y entonces se convierte en la documentación de esa interpretación con esa gente en ese momento, como una postal o una fotografía del momento.

¿Y qué quisieras mostrarnos como fotografía del corte “Goodbye Bite”, la primera canción de este nuevo disco?

Casi llamo Goodbye Bite a todo el disco completo, y es algo muy diferente al clásico Goodbye Kiss (ríe), porque tal vez no quieres que alguien se vaya y entonces en vez de besarlo lo muerdes. Pero también la idea del adiós implica cierto dolor, cierta inconveniencia, así que supongo que este disco también significa tener que decirle adiós a ciertas cosas que no quieres dejar ir y alargar ese sentimiento de melancolía.

Desde que me invitaron a entrevistarte estuve pensando en que tenía que preguntarte: ¿Por qué te llamas This is the Kit?

Mmh, comencemos por el principio, precisamente como platicábamos de las fotografías de tu pasado que revives. Así me conocían en mi casa desde chica, mis padres y mis hermanos me llamaban Kit. Y después, fortuitamente me topé con la frase “This is the Kit” como una forma de presentarme a mí misma ante todos, la frase completa significa yo, pero no con mi nombre sino cómo me relacionaba con mi familia y lo hago público como un personaje. Además, como me encanta jugar con las palabras, This is the Kit también significa una preparación, un equipo para algo, para completar algo, lo necesario para viajar por ejemplo.


Ya que te gusta jugar con las palabras, cuéntanos quién es tu escritor inglés favorito.

Es algo complicado, tendría que ver mi librero (voltea). Mi escritora favorita es Ursula K. Le Guin, pero amo a Dylan Thomas, que por supuesto es escocés, pero escribe en inglés. Curiosamente, adoro a los escritores ingleses para niños, como Michael Rosen y Quentin Blake, quienes han completado maravillosas historias.


¿Y quién sería tú músico inglés favorito?

En este momento es Richard Dawson, él es de Newcastle, pero su forma de tocar la guitarra me parece fantástica.


Percibo algunos arreglos orquestales en tus canciones, ¿te gusta la música clásica?

Bastante, sobre todo la música experimental, que es siempre difícil y te exige atención, como Iannis Xenaxis; me parece magnífico que la gente se acerque para intentar cosas nuevas. Tuve la suerte de que mi productor Gruff Rhys también hubiera querido experimentar en el disco, porque es fan de Cornelius Cardew y su Scratch Orchestra y aplicamos algunas cosas en algunas de mis canciones. Tuve mucha suerte, ya que entre la grabación en algún momento de pausa me enseñaba algunas composiciones experimentales y eso evolucionó en el disco increíblemente.


Pero Xenakis está muy lejos de tu música, ¿no?

¡Pero muy cercano a mi corazón! (ríe)


Bueno, no hacemos la música que escuchamos, sino la que necesitamos hacer, y hacemos lo que amamos hacer.

¡Claro! Si tenemos suficiente suerte.


Hablando de ello, conozco por otras razones a Bryce Dessner (The National), quién ha producido contigo un disco anterior. ¿Qué te brinda Bryce como músico?

Curiosa historia la que tengo con Bryce, ya que un día llegué a visitar a mi hermana, que vivía en París, y me di cuenta de que el maestro de guitarra del novio de mi hermana era Bryce. Yo era una adolescente, pero después crecí y me di cuenta del peso de su banda y fui a sus conciertos, hasta que un día en Londres vino Aaron (hermano de Bryce) y tuvimos la idea de colaborar en algo por lo que Bryce terminó siendo mi productor y ahora soy su amiga, conozco perfecto a su mujer y todo hace sentido, fue muy benéfico para mí en la construcción del sonido de ese disco.


Hablando de tu discografía, ¿podrías seleccionar una canción, la que sea tu favorita?

Muy interesante… Tendría que ser una canción que me encante tocar en vivo y entonces sería “Find Out”, de mi quinto disco Off Off On. Y lo saco a colación porque en otra entrevista me preguntaron qué canción me puede representar a la perfección y sería precisamente esa, que tiene un gran arreglo de vientos por cierto.

¿Entonces te encanta tocar en vivo?

Adoro ese sentimiento de vivir el momento y esa mezcla de estar y no estar en control, y que cualquier cosa puede pasar y que tienes que seguir sin importar nada… Lo encuentro muy liberador.


¿Cómo compones? ¿Primero la letra o la música?

Casi siempre las palabras primero, porque soy una persona que siempre me fijo en las palabras y en las frases y anoto siempre lo que escucho interesante… Pero luego cuando intento encontrarle música a esas palabras se generan más palabras diferentes. Las palabras me hacen comenzar, pero está todo muy relacionado en un proceso orgánico. Para mí es muy importante qué palabras escoger, pero también la melodía que la acompaña en un proceso simultáneo. Diferentes palabras necesitan diferentes ritmos.


¿Es algo parecido a la escritura automática de los surrealistas?

¡Exacto! En mi proceso siempre dejo que las cosas fluyan a partir de lo que sugieren las palabras y lo conformo algunas veces como un collage de momentos, palabras, ritmos y melodía. A veces en una canción me encuentro diferentes pedazos que armados en otra quedan perfectos, como juntar los puntitos del dibujo.

Considerada como un verdadero valor en la escena musical inglesa por la crítica local, This is the Kit comenzó su carrera desde 2006, incluyendo varios sencillos presentes en la programación de la BBC, además de que Guy Garvey (vocalista de Elbow) la seleccionó como su cantante favorita.

Kate vino a México en 2019, haciendo los coros de los conciertos de The National y tuvo algunos días para conocer de cerca nuestras calles y nuestra comida. Y como le encanta conocer lugares, le pregunto sobre una en particular de su nuevo disco Careful Of Your Keepers:

¿Qué quieres decir en “This is when the Sky gets Big”?

Esa canción tiene una historia particular sobre un parque en París, y de cómo en todas las ciudades siempre tienes pocos espacios abiertos. Pero en este parque, al lado de las vías del tren hay un espacio abierto gigantesco y realmente te sientes extasiado cuando lo descubres. Además tiene un origen también curioso, porque es un encargo de mi amigo Aaron, un pintor que me pidió que escogiera un lugar en el mundo y que compusiera una canción para que él pintara ese lugar. El proyecto pictórico no ha terminado, pero la canción habla del movimiento de las personas que llegan a Francia en el tren esperando mejorar su vida y generan un espacio compartido donde grandes familias habitan pequeños departamentos y existen grandes mesas para que a la hora de la comida todos convivan.


Por otro lado, “Stuck in a Room” me pareció un poco depresiva…

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Sí, lo es un poco porque habla sobre las limitaciones que nos ponemos nosotros mismos y la sociedad, y cómo se vuelve una presión para ti tratar de complacer a tu entorno cercano a pesar de esas limitaciones. Quedamos en otro lugar fuera de donde nos conectamos con nosotros mismos… En el libro Always Coming Home, de Ursula K. Le Guin, los humanos sobrevivientes en un escenario post-apocalíptico no recuerdan la civilización porque no existe ninguna referencia cultural, salvo cosas indestructibles como el jabón en los ríos, junto con toda la basura mecánica. El nivel del mar inundó gran cantidad de las ciudades y sólo existen comunidades de pocas familias y en ese ambiente sólo la escritura forma un vínculo entre todos los sobrevivientes.

Al terminar la plática Kate, siempre sonriente, comparte que le encantaría visitarnos nuevamente como parte de su inminente gira mundial y que intentará enlazarnos con un juego de palabras que provoque un vínculo mágico para sentirnos de la mejor forma en el mejor de los tiempos ahí, en nuestra cápsula del tiempo de hoy.


En un día complejo de trabajo tuve la misión de platicar vía Zoom con Kate Stables para hablar de su nuevo disco. Corriendo entre mis actividades, cuando me conecté me di cuenta de que yo estaba completamente despeinado y eso me dio pie para preguntarle sobre su primer disco, titulado Krülle Bol (que en holandés significa alguien con pelo chino) sobre el origen de este curioso título que inicia su carrera y que intuyo que significa algo más para ella, como persona y como músico.

“Fue un disco muy personal, con mis primeras canciones y también tiene que ver con que en ese lapso de mi vida mi compañero también tenía el pelo rizado como yo, y eso era como una camaradería aparte de la personal y profesional. ¡Incluso en esa época nació mi hija y también con pelo chino!

Te puede interesar: [Entrevista] La experiencia completa de Beak>

¿Como compositora y músico, qué diferencias encuentras entre aquel primer disco y este último?

Existen muchísimas, pero tal vez la principal, y siendo difícil de decirlo, es que el primer disco es principalmente un disco solista, pues estábamos sólo yo y mi compañero Jessie con John Parish (el productor) en un estudio en la bella y lejana Italia, ya que era la casa del ingeniero de grabación… Lo hicimos muy sencillo, éramos sólo nosotros tocando en vivo, con lo mínimo indispensable.

¡Y en este último hay un montón de gente! He formado una banda con la que salgo de gira desde hace un tiempo y todos participan, además de los integrantes de la sección de alientos y de varios amigos e inclusive un coro completo. En resumen, sónicamente mi último álbum es mucho más denso y ahora compongo diferente.

¿Te sientes diferente como persona desde ese último disco?

¡Me siento diferente de la anterior semana! En el buen sentido, creo que he crecido, las cosas en general están mejor, he aprendido varias cosas. Mis primeros discos son como cápsulas del tiempo que documentan cómo éramos, pero ahora siento que estoy en un mejor lugar.


Hablando de cápsulas del tiempo pienso en Glenn Gould, el pianista canadiense que durante gran parte de su vida decidió no hacer más conciertos y dedicarse sólo a grabar discos porque consideraba que eran testimonios, testamentos de él para el mundo.

¿Crees de alguna forma que tus discos son testamentos para el público de tu generación en estos tiempos tan difíciles?

Mmh, no lo creo… Para mí es un poco pretencioso hablar de algo para el mundo, pero siento que es más como una ofrenda que incluye todo lo que siento y lo que estudio y lo que puedo preguntar, hoy como soy, esperando que inevitablemente tenga alguna resonancia en otra gente del mundo, ya que hay algunos temas que son comunes y eso pasa cuando trabajas con las palabras porque brotan las coincidencias y la magia aparece… Para mí, que disfruto muchísimo tocar en vivo, los discos son otra forma diferente de ejecutar mi música y entonces se convierte en la documentación de esa interpretación con esa gente en ese momento, como una postal o una fotografía del momento.

¿Y qué quisieras mostrarnos como fotografía del corte “Goodbye Bite”, la primera canción de este nuevo disco?

Casi llamo Goodbye Bite a todo el disco completo, y es algo muy diferente al clásico Goodbye Kiss (ríe), porque tal vez no quieres que alguien se vaya y entonces en vez de besarlo lo muerdes. Pero también la idea del adiós implica cierto dolor, cierta inconveniencia, así que supongo que este disco también significa tener que decirle adiós a ciertas cosas que no quieres dejar ir y alargar ese sentimiento de melancolía.

Desde que me invitaron a entrevistarte estuve pensando en que tenía que preguntarte: ¿Por qué te llamas This is the Kit?

Mmh, comencemos por el principio, precisamente como platicábamos de las fotografías de tu pasado que revives. Así me conocían en mi casa desde chica, mis padres y mis hermanos me llamaban Kit. Y después, fortuitamente me topé con la frase “This is the Kit” como una forma de presentarme a mí misma ante todos, la frase completa significa yo, pero no con mi nombre sino cómo me relacionaba con mi familia y lo hago público como un personaje. Además, como me encanta jugar con las palabras, This is the Kit también significa una preparación, un equipo para algo, para completar algo, lo necesario para viajar por ejemplo.


Ya que te gusta jugar con las palabras, cuéntanos quién es tu escritor inglés favorito.

Es algo complicado, tendría que ver mi librero (voltea). Mi escritora favorita es Ursula K. Le Guin, pero amo a Dylan Thomas, que por supuesto es escocés, pero escribe en inglés. Curiosamente, adoro a los escritores ingleses para niños, como Michael Rosen y Quentin Blake, quienes han completado maravillosas historias.


¿Y quién sería tú músico inglés favorito?

En este momento es Richard Dawson, él es de Newcastle, pero su forma de tocar la guitarra me parece fantástica.


Percibo algunos arreglos orquestales en tus canciones, ¿te gusta la música clásica?

Bastante, sobre todo la música experimental, que es siempre difícil y te exige atención, como Iannis Xenaxis; me parece magnífico que la gente se acerque para intentar cosas nuevas. Tuve la suerte de que mi productor Gruff Rhys también hubiera querido experimentar en el disco, porque es fan de Cornelius Cardew y su Scratch Orchestra y aplicamos algunas cosas en algunas de mis canciones. Tuve mucha suerte, ya que entre la grabación en algún momento de pausa me enseñaba algunas composiciones experimentales y eso evolucionó en el disco increíblemente.


Pero Xenakis está muy lejos de tu música, ¿no?

¡Pero muy cercano a mi corazón! (ríe)


Bueno, no hacemos la música que escuchamos, sino la que necesitamos hacer, y hacemos lo que amamos hacer.

¡Claro! Si tenemos suficiente suerte.


Hablando de ello, conozco por otras razones a Bryce Dessner (The National), quién ha producido contigo un disco anterior. ¿Qué te brinda Bryce como músico?

Curiosa historia la que tengo con Bryce, ya que un día llegué a visitar a mi hermana, que vivía en París, y me di cuenta de que el maestro de guitarra del novio de mi hermana era Bryce. Yo era una adolescente, pero después crecí y me di cuenta del peso de su banda y fui a sus conciertos, hasta que un día en Londres vino Aaron (hermano de Bryce) y tuvimos la idea de colaborar en algo por lo que Bryce terminó siendo mi productor y ahora soy su amiga, conozco perfecto a su mujer y todo hace sentido, fue muy benéfico para mí en la construcción del sonido de ese disco.


Hablando de tu discografía, ¿podrías seleccionar una canción, la que sea tu favorita?

Muy interesante… Tendría que ser una canción que me encante tocar en vivo y entonces sería “Find Out”, de mi quinto disco Off Off On. Y lo saco a colación porque en otra entrevista me preguntaron qué canción me puede representar a la perfección y sería precisamente esa, que tiene un gran arreglo de vientos por cierto.

¿Entonces te encanta tocar en vivo?

Adoro ese sentimiento de vivir el momento y esa mezcla de estar y no estar en control, y que cualquier cosa puede pasar y que tienes que seguir sin importar nada… Lo encuentro muy liberador.


¿Cómo compones? ¿Primero la letra o la música?

Casi siempre las palabras primero, porque soy una persona que siempre me fijo en las palabras y en las frases y anoto siempre lo que escucho interesante… Pero luego cuando intento encontrarle música a esas palabras se generan más palabras diferentes. Las palabras me hacen comenzar, pero está todo muy relacionado en un proceso orgánico. Para mí es muy importante qué palabras escoger, pero también la melodía que la acompaña en un proceso simultáneo. Diferentes palabras necesitan diferentes ritmos.


¿Es algo parecido a la escritura automática de los surrealistas?

¡Exacto! En mi proceso siempre dejo que las cosas fluyan a partir de lo que sugieren las palabras y lo conformo algunas veces como un collage de momentos, palabras, ritmos y melodía. A veces en una canción me encuentro diferentes pedazos que armados en otra quedan perfectos, como juntar los puntitos del dibujo.

Considerada como un verdadero valor en la escena musical inglesa por la crítica local, This is the Kit comenzó su carrera desde 2006, incluyendo varios sencillos presentes en la programación de la BBC, además de que Guy Garvey (vocalista de Elbow) la seleccionó como su cantante favorita.

Kate vino a México en 2019, haciendo los coros de los conciertos de The National y tuvo algunos días para conocer de cerca nuestras calles y nuestra comida. Y como le encanta conocer lugares, le pregunto sobre una en particular de su nuevo disco Careful Of Your Keepers:

¿Qué quieres decir en “This is when the Sky gets Big”?

Esa canción tiene una historia particular sobre un parque en París, y de cómo en todas las ciudades siempre tienes pocos espacios abiertos. Pero en este parque, al lado de las vías del tren hay un espacio abierto gigantesco y realmente te sientes extasiado cuando lo descubres. Además tiene un origen también curioso, porque es un encargo de mi amigo Aaron, un pintor que me pidió que escogiera un lugar en el mundo y que compusiera una canción para que él pintara ese lugar. El proyecto pictórico no ha terminado, pero la canción habla del movimiento de las personas que llegan a Francia en el tren esperando mejorar su vida y generan un espacio compartido donde grandes familias habitan pequeños departamentos y existen grandes mesas para que a la hora de la comida todos convivan.


Por otro lado, “Stuck in a Room” me pareció un poco depresiva…

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Sí, lo es un poco porque habla sobre las limitaciones que nos ponemos nosotros mismos y la sociedad, y cómo se vuelve una presión para ti tratar de complacer a tu entorno cercano a pesar de esas limitaciones. Quedamos en otro lugar fuera de donde nos conectamos con nosotros mismos… En el libro Always Coming Home, de Ursula K. Le Guin, los humanos sobrevivientes en un escenario post-apocalíptico no recuerdan la civilización porque no existe ninguna referencia cultural, salvo cosas indestructibles como el jabón en los ríos, junto con toda la basura mecánica. El nivel del mar inundó gran cantidad de las ciudades y sólo existen comunidades de pocas familias y en ese ambiente sólo la escritura forma un vínculo entre todos los sobrevivientes.

Al terminar la plática Kate, siempre sonriente, comparte que le encantaría visitarnos nuevamente como parte de su inminente gira mundial y que intentará enlazarnos con un juego de palabras que provoque un vínculo mágico para sentirnos de la mejor forma en el mejor de los tiempos ahí, en nuestra cápsula del tiempo de hoy.


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