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Esta semana arrancó con el intento de robo al auto del periodista Héctor de Mauleón. Tres fallidos delincuentes intentaron despojar de un Mazda al chofer/escolta de nuestro colega en la Condesa. El saldo fue un muerto, un herido y un prófugo. Esta imagen cenital de Pedro Pardo de la AFP, resume la pesadilla de seguridad que enfrentamos a diario en la capital del país y revela la impunidad con la que se atraca en este país.
Pedro Pardo es un fotógrafo experimentado, 20 años de carrera lo avalan, curtido en el sur del país, donde desarrolló su mirada en medio de la guerra del narco en el estado de Guerrero, ha visto de todo, salió de Acapulco por seguridad personal y se vino a trabajar a la Ciudad de México, cuando aquí la cosa estaba más tranquila. Sin embargo, la pesadilla nos alcanzó a todos. Hoy es uno de los mejores fotógrafos de la agencia francesa.
Pedro Pardo nació en Puebla hace 44 años, ha ganado dos veces ya el World Press Photo , lleva 8 años en la AFP e hizo esta fotografía desde el estacionamiento que se encontraba a un lado del lugar de los hechos. Así, con audacia e imaginación, Pedro burló las cintas amarillas que ahora nos colocan a distancia de todo hecho criminal y registró esta imagen.
Según cifras oficiales del Gobierno de la Ciudad de México, en marzo de 2019 se abrieron 22 mil 41 carpetas de investigación por delitos del fuero común, es decir, un promedio de 690 delitos al día de todo tipo, pero tan sólo en el rubro de robo de vehículos con violencia se reportaron 406 casos, más 736 sin uso de violencia, esto da un total de mil 142 carpetas en ese mes, es decir, 38 robos de auto al día en esta ciudad.
De un año para acá según cifras oficiales, el número de carpetas de investigación creció en un 10% aproximadamente, en comparación con el mismo mes pero de 2018. O sea, que vamos de mal en peor.
Esta fotografía de Pardo resume perfecto las cifras aquí ofrecidas , en marzo se presentaron 147 homicidios, 100 con arma de fuego, 24 con arma blanca y 23 con otros medios. Casi 5 personas son asesinadas diariamente en esta ciudad. Si bien la probabilidad de que nosotros en lo particular formemos parte de estos números se diluye entre los 20 millones de personas que viven o transitan en esta metrópoli, la percepción de que esto nos pueda suceder es alarmante.
El mismo lunes 6 que se presentó este caso en la Condesa, con minutos de diferencia asesinaban al conductor de una BMW en Marina Nacional, y así todo el día, a todas horas. De Mauleón declaró en medios desde el MP sobre aquella tarde trágica, que la gente que trabaja en la Procuraduría está desbordada por la cantidad de casos que se presentan al día. Así las cosas, la autoridad claramente no se da abasto en la gestión del delito; mientras los asaltos, robos a casa habitación y muertos se acumulan sin pausa.
Si bien, podemos destacar que lo sucedido en la Condesa con De Mauleón no fue un ataque directo a su persona -tomando en cuenta que se trata de un periodista amenazado desde hace años-, el hecho de que tres sujetos armados con pistolas de 9mm se decidan a robar un auto, a plena luz del día y sin importarles que haya un conductor dentro, habla muy mal del respeto a la autoridad y a su policía. A estos personajes nada parece detenerlos.
En esta ocasión la historia fue diferente, porque quien estaba dentro del auto era un militar, entrenado y armado, además de alerta y eficiente como se vio, eso acabo con este trío de malandros, el sujeto de esta imagen cayó y murió en el lugar, sin embargo, deben existir 50 bandas más, listas para atracar mañana mismo de nuevo.
Hace años, cuando anduve en China, un colega de la embajada mexicana me contaba sobre el robo de autos en ese país; Beijing tiene 5 millones de autos y unos 22 millones de habitantes -cifra muy parecida a nuestra zona metropolitana- ¿sabes cuántos vehículos se roban al año? me preguntó y respondí que no tenía ni idea, pero él mismo me contestó: CERO me dijo.
Por supuesto me sorprendí y le pregunté ¿qué cómo le hacían en Beijing para tener esa increíble cifra? El me detalló perfecto la cadena de dificultades para quien se atreviera a robar un auto por allá; una vez robado hipotéticamente un auto, no hay quien lo compre, no hay quien lo reemplaque, nadie le hará una factura nueva, jamás encontraría mercado para ese auto y al ser detenido, además enfrentaría una posible pena de muerte. “Eso hace casi imposible que alguien se robe un solo auto en la capital China”.
Mientras en México sucede todo lo contrario, aquí los coches se “encargan” desde algún lugar, uno lo roba, otro lo compra, otro más lo remarca, le sacan factura falsa, y lo devuelven al mercado local o al sur del país sin que nadie los detenga jamás. Se trata de una industria enorme del crimen organizado que es protegida por la corrupción y complicidad de autoridades, pero también por el silencio de una sociedad cómplice que se beneficia de esta cadena delincuencial.
Así las cosas, esta imagen resume de golpe nuestra tragedia nacional, la corrupción mata, hoy la víctima mortal fue un delincuente, pero mañana será un ciudadano y así seguiremos enlutando a familias mexicanas de todo el país, mientras no se entienda que esta micro guerra se reproduce a si misma en un caldo de cultivo aderezado por la complicidad de todos.
Esta semana fue el auto de Héctor de Mauleón, pero mañana se robarán 60 autos más y así todos los días, en todo el país, tan sólo 2018 cerró con cifra récord de 93 mil 105 unidades aseguradas, -según cifras de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros- datos al cierre del mes de noviembre del año pasado, cifra arriba en un 3.7% con respecto a 2017.
Ya en otra columna habrá espacio y tiempo para hablar sobre la ética en el marco de la foto de nota roja y los cambios que se han presentado en su cobertura; por lo pronto, hoy celebramos que Héctor de Mauleón y el mayor que lo acompaña, salieran ilesos de ese intento de atraco, sin embargo, no podemos bajar la guardia un sólo minuto.