El polémico cuadro La Revolución, del pintor chiapaneco Fabián Cháirez, fue comprado por el empresario y periodista catalán, directivo del grupo Mediapro, Josep Maria Tatxo Benet Ferrand, que este 2020 planea abrir el Museo de la Libertad en Barcelona, un espacio que exhibirá una serie de obras de arte que han sido censuradas en varias partes del mundo. Cháirez, por su parte, se mostró satisfecho con el destino que tendrá su pintura: "Creo que el museo va dentro de la línea de mi obra y que esta pieza va a estar en muy buenas manos", dijo a El Sol de Cuautla y El Sol de Cuernavaca horas después de concretarse la venta.
Lo que prefirió no revelar, por motivos de seguridad, fue el precio al que fue adquirida, aunque reconoció que, a final de cuentas, fue él quien decidió que fuera a la colección de Benet, pese al interés que también mostraron coleccionistas de Estados Unidos, España e Italia.
"Su colección tiene esta dirección que es hacer memoria sobre las piezas de arte que han sido censuradas, y creo que la pieza va a tomar más relevancia dentro de esa línea curatorial. La colección y el museo sirven muy bien para seguir recordando, y que estos sucesos no se olviden para no repetirlos en el futuro", expresó el pintor.
La colección de arte de Benet está integrada por nombres como Joan Tàpies, Ai Weiwei, David Cerny, Marta Minujín o Robert Mapplethorpe.
Un conjunto de piezas, de "valor artístico muy variable pero con una interesante historia detrás", dijo el empresario quien lleva coleccionándolas desde inicios de 2018, cuando compró la instalación Presos políticos en la España contemporánea, de Santiago Sierra, retirada de la feria ARCO de Madrid.
"El cuadro rompe el mito de la masculinidad mexicana y ha provocado repulsión entre los campesinos, que tienen a Zapata como ídolo. En muchas ocasiones, las piezas censuradas se convierten en obras malditas; su autor las abandona en el estudio y no se vuelven a exponer nunca más", dijo.
En este sentido, subrayó que la censura artística no entiende de ideologías y que "los grupos de presión son muy diversos, no sólo conservadores. La censura progresista no se llama 'censura', sino 'aquello políticamente correcto'", añadió el periodista, quien ve la compra de obras polémicas como una oportunidad para "darles la visibilidad que merecen".
La pintura de Cháirez protagonizó la colección de la que formó parte en el Museo del Palacio de Bellas Artes, y cuyo centenario luctuoso conmemoró el gobierno federal el pasado 2019. Todavía el pasado 6 de enero, Jorge Zapata González, nieto del Caudillo del Sur, insistió en exigir el retiro de la obra durante la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador.
"Son temas que se van a seguir discutiendo un rato, y que espero que sea para el bien de las nuevas generaciones y de la sociedad", observa Cháirez.
La historia de La Revolución
Criticada por unos, alabada por otros, la pintura La Revolución fue realizada en el año 2014. Sólo un mes después, la obra fue adquirida por un coleccionista mexicano, a quien Fabián Cháirez reconoce como alguien que "estuvo muy interesado desde el inicio de mi carrera en adquirir piezas mías, tenía bastante afinidad con los temas que he venido trabajando". La última venta del cuadro fue acordada por ambos.
El cuadro original fue expuesto en la Galería José María Velasco. Otra representación más grande, pintada por el mismo autor, fue expuesta en Oaxaca. En 2017, Cháirez realizó una representación más, pero esta vez en el Marrakech Salón, un bar gay que se encuentra en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
"Va a ser bastante importante para el bar, ahí seguirá", expresa el pintor.