Cuál hubiera sido el destino de las letras dramáticas si en la Inglaterra isabelina, Shakespeare hubiera sido mujer. Cuál sería el lugar de la mujer en el teatro y la vida cotidiana si el mayor dramaturgo llevara el nombre de Eileen. Para jugar con las respuestas del planteamiento hipotético, la actriz Guillermina Campuzano invita al montaje Eileen Shakespeare, que tiene una breve temporada en el Teatro El Granero del Centro Cultural del Bosque.
Se trata de un texto contemporáneo escrito por Fabrice Melquiot basado en una antigua hipótesis de Virginia Woolf, quien en una análisis sobre la desigualdad de género en la literatura, y en la sociedad en general, plantea la posibilidad de que Shakespeare fuera mujer o tuviera una hermana en una época en que en el teatro los personajes femeninos eran representados por hombres.
El monólogo llega a México bajo la dirección de Gabriela Tapia Berrón donde se lleva al espectador a un viaje a la vieja Inglaterra sólo para repensar la situación de violencia contra la mujer y la desigualdad de género tan normalizada en el presente que queda invisibilizada.
“Es este pronunciamiento en contra de las pequeñas violencias que surgen desde las casas y esta violencia que hemos normalizado, conductas nocivas que hemos aprendido a normalizar y necesitamos visibilizarlas para erradicarlas porque no notamos que son dañinas, y el teatro ayuda a hacer sensible esto que no vemos a diario”, apuntó Campuzano en entrevista.
La escenificación está planteada en la época isabelina cuando en los grandes foros no tenían permitido presentarse mujeres y los roles femeninos eran interpretados por hombres; un momento en que las escritoras quedaban ocultas por las firmas masculinas y era aún más limitado el libre albedrío de las féminas.
Así se verá sobre la escena a una mujer que se rebela contra la condición de la sociedad que la obliga a la vocación de esposa y madre para emprender su creatividad literaria y, sobre todo, dar libertad a su cuerpo, pensamiento y deseo. Algo que incluso en el siglo XXI resulta imposible para muchas.
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“El personaje es una mujer inquieta que representa a las mujeres que tenemos que batallar con este asunto de género porque aun no entendemos que todos los seres humanos tenemos algo que aportar sin importar si somos mujeres o hombres. Nunca vamos a descubrir la revelación de esta mujer porque es hipotética pero verla en el teatro nos ayuda a pensar cómo rebelarse contra la sociedad e incluso contra tu propia esencia cargada de estereotipos”, refirió.
La obra, con música original y en vivo de Julio Gándara, tiene funciones de jueves a domingo en el Teatro El Granero hasta el 19 de junio.