Yuri Valentínovich Knórozov, el lingüista y veterano de guerra que dejó no sólo su huella en México, sino en todo el mundo. Pues gracias a él se pudo conocer el enigma de la cultura Maya hasta 1970 gracias a su trabajo sobre el “alfabeto jeroglífico” mayista.
Knórozov, nacido en Járkov, Ucrania, quien entonces formaba parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), participó en la que los rusos llaman la "Gran Guerra Patria", es decir, la Segunda Guerra Mundial. Incluso, como soldado, llegó hasta Berlín, momento en que culminó una guerra que cobró la vida de millones de personas.
La Revista de la Universidad de México, dio a conocer que el encuentro en Knórozov y la cultura Maya fue de la forma más surreal posible, pues durante la invasión a Berlín, el soviético tomó unos libros de la biblioteca de la ciudad: "Relación de las cosas de Yucatán de fray Diego de Landa" y "Los códices mayas".
Knórozov realizó su tesis doctoral en ciencias históricas en 1955, y realizó un artículo junto a la académica Galina Ershova, “Diego de Landa como fundador del estudio de la cultura maya”, donde reivindicaron a fray Diego de Landa, un franciscano que fue acusado de "destruir la memoria maya".
La leyenda negra de fray Diego de Landa señala que escribió su obra como un acto de arrepentimiento por haber destruido la memoria de los mayas. Pero su verdadera intención —según Knórozov— era dejar constancia del método con el que los misioneros recién llegados “podían dominar la lengua maya en tres meses”Destaca la revista universitaria
Lo más impresionante del trabajo de Knórozov es que su investigación se dio fuera de México, pues durante la Guerra Fría no pudo salir de la URSS, por lo que tuvo que aprender español por su cuenta y conseguir sus propias fuentes desde el otro lado del Atlántico.
En su tesis doctoral, Knórozov concluyó en que el “alfabeto jeroglífico” contenido en la obra de fray Diego de Landa, se trataba de un silabario. Para darle divulgación a su investigación, publicó su trabajo en la revista "Etnografía soviética".
La Guerra Fría le causó estragos a su tremenda investigación, pues académicos del bloque Occidental desacreditaron su trabajo, como el famoso etnólogo y arqueólogo británico, Eric Thompson, quien lo descartó por ser un trabajo "comunista".
Tuvieron que pasar casi 20 años para que su trabajo fuera reconocido en 1970, debido a que el lado capitalista de la Guerra Fría bloqueaba todo lo saliera de la Unión Soviética. No obstante, no lograron evitar que su trabajo saliera a los ojos del mundo y en 1975 recibió el Premio de Estado de la URSS.
Finalmente, Knórozov pudo salir de la URSS hasta el momento de su caída, en 1991. Pero fue hasta 1995 que pudo visitar México y en dicha visita fue condecorado con la Orden del Águila Azteca por sus invaluables aportaciones a la investigación maya, la más alta distinción que se les otorga a los extranjeros en el país.
Algo bastante llamativo de Knórozov era su apego a su gata Asya, eran inseparables, incluso Yuri la ponía como coautora de sus textos, sin mencionar sus numerosas imágenes juntos.
Yuri Knórozov falleció en San Petersburgo el 31 de marzo de 1999, dejando un legado lingüístico e histórico de gran valor no sólo para los mexicanos, sino para todo el mundo.