Compartiendo más allá de los colores de su país en JuegosOlímpicos, la pentatleta Tamara Vega y el boxeador MisaelRodríguez llevan una relación donde la disciplina y respeto porsu deporte son pilares que los han llevado a tener muchas cosas encomún.
Tamara presenció el triunfo del “Chino”, con el cualaseguró la primera medalla para México en estos JuegosOlímpicos, y rompió en llanto al ver que su pareja sentimentalalcanzó su meta: lograr un triunfo para su país, tras su esfuerzopor llegar a Río de Janeiro.
La chihuahuense que representará a México por segunda ocasiónen unos Juegos Olímpicos, entrará en acción este jueves en laetapa preliminar de pentatlón moderno.
Con objetivos claros
Tamara radicada en Ciudad Juárez, como hija de madre solteraencontró el punto determinante de su vida a los 14 años, cuandoya sabía nadar y había practicado judo y taekwondo; la manera deencausar su vida por medio del deporte.
“En una competencia vi un volante del Centro Nacional de AltoRendimiento (CNAR) y me puse a investigar en internet. Le conté ami mamá que me gustaría vivir en un internado para purosdeportistas… después de mucho pensarlo accedió y me acompañóa hacer las pruebas en el CNAR”.
Era 2007. Tamara no recuerda las palabras exactas queintercambió con su madre el día de su partida, pero aún despuésde nueve años y más de tres mil horas invertidas en losentrenamientos, “siempre nos despedimos con ciertatristeza”.
Aquella despedida fue sólo el saludo de los éxitos. A los 18años de edad se volvió campeona mundial juvenil individual enEstambul y en el 2011 se colgó el metal de bronce en losPanamericanos de Guadalajara 2011.
“Mi mamá fue a verme junto con mi hermana. Ambas estabangritando todo el tiempo. Cuando supe que califiqué para los Juegosde Londres 2012 fui a abrazarlas… mi mamá estaba llore y llore,me dijo que nunca pensó que esto nos iba a pasar, que era unabendición y así”. En los Olímpicos cayó del caballo, pero elsueño se mantuvo intacto.
Había más: en marzo de 2015 se coronó, junto a IsmaelHernández, como campeona en un relevo mixto de la Copa Mundial dePentatlón.
Determinación, pasión y talento
Por su parte, “El Chino” comenzó su camino por el deportede los guantes a los 15 años; él perdió a su padre a los seisaños de edad en una accidente automovilístico, lo que convirtióa su madre en la cómplice ideal y apoyo incondicional en todas susdecisiones. Así él se inició con el entrenador RubénCastrejón, pasando por los cuadriláteros de Arnulfo “Chico”Castillo, Rodolfo “Picos” Montes, Gustavo Torres, por mencionaralgunos. “Aunque de niño me gustaba el fútbol, en el boxeodescubrí mi pasión, es un gran compromiso”, mencionó elpeleador.
Con tan sólo 17 años cruzó la frontera para seguiradquiriendo destreza en los puños y a los 19 años llegó alComité Olímpico Mexicano, donde se volvió pupilo de FranciscoBonilla, actual entrenador y con quién logró su carta para Río2016.
El “Chino” Rodríguez fue considerado uno de los mejoresexponentes de México en la Serie Mundial de la especialidad,consiguió participar en el Campeonato Mundial en Qatar aprincipios de este año, para luego conseguir la hazaña en elpreolímpico de Argentina en días pasados, donde se colgó lamedalla de plata.
En su palmarés destaca el primer lugar nacional de Campeonatode Primera Fuerza en 2013, medalla de oro en la Olimpiada Nacionalde Puebla 2014, plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribeen el mismo año y bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto2015.
Tras haber asegurado su boleto a Río, el oriundo de Parral seha mostrado contento: “Estoy muy satisfecho por el trabajo quehemos conseguido, trabajamos muy duro y se ve reflejado. Este logrose lo dedico a mi madre, a mi familia y a todo México”.