Melbourne.- El tenista suizo Roger Federer acabó con la“maldición” de seis años consecutivos sin llegar a la finaldel Abierto de Australia, luego que este jueves venció enemocionante semifinal a su compatriota Stan Wawrinka en cincoparciales por 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3.
Tuvieron que pasar siete temporadas, tras coronarse en laedición de 2010, para que el “Maestro” volviera a pelear porla corona en Melbourne, alcanzando dicha posibilidad al avanzarcontra corriente en el torneo y venir de una inactividad de seismeses el año pasado.
El helvético sacó a relucir la experiencia y alcanzó suvigésima octava final de Grand Slam en su carrera, en la cualpodría ofrecer al público la definición “soñada” ante otrode los grandes en la disciplina, el español Rafael Nadal, quientendrá que hacer lo propio cuando se mida con el búlgaro GrigorDimitrov.
Federer y Wawrinka no quedaron a deber y ofrendaron al“respetable” una semifinal digna de un torneo “grande” quese alargó hasta las tres horas y cuatro minutos de acción, en losque el primero logró ser superior desde el inicio.
Ambos jugadores demostraron que se conocen bien sobre la cancha,pues fueron ellos quienes llevaron a Suiza a ganar su única CopaDavis en 2014, y vivieron un duelo parejo 11-10 en el sector detiros aces, aunque Wawrinka fue mejor con su primer serviciogracias a un 66 por ciento de efectividad.
Pese a la paridad en la contienda, Federer salió con los brazosen alto con base en 22 ganadores y dos puntos de quiebre rescatadosque le dieron la ventaja en los dos primeros sets, aunque larespuesta de su connacional igualó el partido en las dos mangassiguientes.
De esta forma, en el definitivo Federer demostró su precisióny sobre todo su buen retorno a las canchas quebrando en dosocasiones a Wawrinka, quien cometió ocho errores no forzados y unadoble falta cuando el duelo casi agonizaba.
Con este resultado, el helvético de 35 años disputará supartido 100 y buscará su quinta corona en el Abierto de Australia,donde además querrá ser el primer jugador que se convierte encampeón de un “grande” viniendo desde el décimo séptimolugar en la siembra, pues nadie lo hace desde 2002, cuando PeteSampras ganó el Abierto de Estados Unidos.
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