Huamantla, Tlaxcala.- El mes de agosto marca en el calendario taurino la realización de una de las más antiguas, bellas y respetables ferias en el centro del país. Se realiza en la incomparable Huamantla, Tlaxcala. A partir de la llegada de la Virgen de la Caridad a este sitio en el siglo XVII, se dio paso a lo que fue la unificación de la religión con la tauromaquia en la gestación de esta enraizada tradición.
Surgieron expresiones artísticas con belleza y colorido como la elaboración artesanal de alfombras y tapetes que adornan las calles de la ciudad en la antiquísima Noche que nadie Duerme, cuando el 14 de agosto la imagen de la Virgen, que luciendo un vestido y un manto nuevos, confeccionados a lo largo de tres meses por las manos de la exclusiva cofradía de bordadoras, sale de la Basílica, recorre siete kilómetros, en un paseo que incluye el interior del coso bravío, antes de regresar a su reciento de toda la vida.
Las faenas inmortales de los toreros, hombres cuya religiosidad es milenaria, inspiraron al empresario Guillermo González “Chilolo” para que, en 2005, instituyera la llamada Corrida de las Luces, en el mágico festejo nocturno.
Años antes, en 1954, un tlaxcalteca distinguido, el ganadero Raúl González, propietario de Piedras Negras, logró, con el apoyo de un grupo importante de personas, que se instituyera cada tercer sábado del octavo mes del año, la huamantlada. En sus inicios, se corrían los toros en las calles de la entidad, pero recientemente se organizaron circuitos más cortos para que los civiles que quieren sentir la adrenalina que genera enfrentar un toro puedan dar rienda suelta su afición. Por la tarde, se lleva a cabo una corrida de toros en el coso La Taurina-Fernando de los Reyes El “Callao” que este año cumplirá un siglo de vida.