Dos años después, la NFL regresó a México y lo hizo de la mano de su principal referente: Patrick Mahomes.
En una noche fría en la capital del país, los Jefes de Kansas City volvieron al camino del triunfo al superar 24-17 a unos Cargadores de Los Ángeles que desperdiciaron la posibilidad de apretar la división Oeste de la Conferencia Americana, dentro del 'Monday Night' que cerró la actividad de la Semana 11.
Al final, las más de 76 mil almas que acudieron al Estadio Azteca vibraron al ritmo de unos Jefes que, pese a no contar con la mejor versión de su gran figura, encontraron la fórmula para sacar el séptimo triunfo de la campaña, mientras que los Cargadores (4-7) se empiezan alejar de la posibilidad de playoffs gracias a uno de los peores juegos en la carrera de Philip Rivers.
EL JUEGO
Si los reflectores estaban puestos en el #15 rojo, poco a poco Rivers fue alzando la mano durante la parte inicial con series prometedoras que se quedaron cortas para el dominio que ejercieron sobre el emparrillado.
En ambos costados los locales administrativos impusieron condiciones, mostrándose muy ingeniosos al ataque, repartiendo el protagonismo terrestre con Melvin Gordon y el aéreo con Keenan Allen, además del explosivo Austin Ekeler saliendo en jugadas de finta y pase. Durante la primera mitad hilaron cuatro ofensivas largas, donde se metieron a la zona roja visitante, pero ninguna llegó hasta el terreno prometido teniendo que conformarse con cuatro intentos de gol de campo que Michael Badgley se encargó de intercambiar por nueve puntos, fallando uno de ellos.
En Kansas City todo fue confusión, al menos durante la primera mitad. La lesión en la rodilla que afectó a Mahomes en las semanas previas aún le está pasando factura. El MVP del 2018 era incapaz de conectar sus característicos bombazos a lo profundo, teniendo que limitarse a las yardas que iba ganando por tierra. Durante la primera mitad apenas completó 8 de sus 15 lanzamientos para 63 yardas y una intercepción, números muy lejos del promedio para el nuevo fenómeno de la NFL.
Tuvo que ser su defensiva, muy criticada a lo largo del año, quien realizó dos acciones grandes. Primero provocó un fumble cuando Rivers estaba en zona de puntos y después el profundo Rayshawn Jenkins realizó una espectacular intercepción que dejó el ovoide a siete yardas del touchdown. Ahí ya no fue necesario el QB, lo intentaron por tierra con LeSean McCoy y el ex corredor de Filadelfia se encargó de hacer estallar el estadio Azteca. Los cientos de jerseys rojos saltaron de su asiento para festejar la ventaja parcial (9-10).
Para el complemento, la mano derecha de Mahomes empezó a calentarse y ahí se acabó el partido. Sin Tyreek Hill en el campo, fue encontrando otras armas que los angelinos no pudieron controlar. Pat le agarró el modo a la altura de la Ciudad de México, y en lugar de buscar pases largos fue moviendo las cadenas con envíos de poco yardaje que le fueron abriendo huecos en lo profundo. Una conexión, otra más, con Travis Kelce alejó a los Jefes a 15 puntos de diferencia (9-24). El juego estaba en la bolsa.
Todavía los Cargadores iban a reaccionar con la misma fórmula, primero con acarreos de Gordon y Ekeler, que se concretó con un TD de Keenan Allen. El tercer receptor más productivo de la liga también dejó su marca en México.
A falta de 4 minutos por jugar, Rivers intentó sorprender con un bombazo para el empate, y lejos de hacerlo, fue interceptado por el 'saefty' Jordan Lucas para esfumar sus opciones. Los mejores años del pasador histórico de Cargadores han quedado en el pasado.
El onceavo juego de la NFL en México terminó pintado de color rojo.