Atlanta.- Dan igual las formas, Patriotas de Nueva Inglaterra siempre encuentra la manera de llevarse la gloria.
Con un sólida actuación de su defensiva y prácticamente con la imagen del mejor equipo del siglo XXI, el representante de la Conferencia Americana se proclamó campeón del Super Bowl 53 al vencer 13-3 a unos inofensivos Carneros de Los Ángeles en el majestuoso Mercedes-Benz Stadium repleto de sus aficionados.
Los pupilos de Bill Belichick no necesitaron de una buena versión de Tom Brady, les bastó con un activo Julian Edelman y un sólo touchdown para sumar el sexto Vince Lombardi de su historia, igualando a Pittsburgh en la cima histórica como las franquicias más ganadoras.
Una cosa está clara, mientras sigan contando con la dupla Belichick-Brady, serán los dueños de la NFL y los Rams fueron su última víctima.
EL JUEGO
Ambos equipos saltaron con un plan de juego bien establecido. Como prioridad tenían que nulificar las virtudes ofensivas de su rival y por ende caería la jugada grande, misma que no apareció durante toda la primera mitad.
Los Rams, al fiel estilo de Sean McVay, sorprendieron inlusive desde el volado inicial. La suerte estuvo de su lado y decidiceron que fuera Nueva Inglaterra el equipo que tuviera la primera serie ofensiva.
Brady trató de meter rápidamente en ritmo al corredor novato Sony Michel y hasta cierto punto lo logró. Movieron las cadenas en dos oportunidades hasta que el #12 decidió lanzar. Ya no cuenta con la eficacia del pasado y lo pagó caro con una intercepción a manos del efectivo linebacker Cory Littleton.
La defensiva de los Rams pegó primero, pero de poco sirvió con Jared Goff al frente del ataque. El joven pasador se vio superado, al menos de inicio, por la magnitud del evento y tuvo un primer cuarto para el olvido, con únicamente dos pases completos de sus siete lanzamientos. Le tomó poco más de diez minutos conseguir un primero y diez.
A los angelinos los salvaba su imponente retaguardia. Aaron Donald atrajo dobles marcas y eso lo aprovecharon sus compañeros, en especial John-Franklin Myers, quien le propinó la primera captura a Brady en lo que va de los playoffs. Con todo y eso Nueva Inglaterra se puso en territorio rival, aunque fuera de la zona roja, desde donde el experimentado Stephen Gostkowski falló su primer intento de 46 yardas y convirtió el segundo de 42 para abrir el marcador (3-0).
Aunque la diferencia sobre el emparrillado era abrumadora, en el marcador sólo era de un gol de campo. El equipo de Bill Belichick se caracteriza por aprovechar sus momentos, pero estaba dejando con mucha vida a los Carneros, con todo y el nerviosismo que evidenciaban Goff y McVay. Esa sensación se sentía de igual forma en las tribunas, repletas de unos entusiasmados Patriotas.
En los últimos minutos del segundo cuarto, los campeones de la Conferencia Americana iban a jugarsela en cuarta oportunidad y una por avanzar, cuando ya tenían otros tres puntos a la mano, pero una vez más se cerró el grupo comandado por Wade Phillips. Ambas defensivas estaban en un nivel superlativo, imponiendo condiciones ante lo que a priori era el punto fuerte de ambos conjuntos.
Aunque se fueron perdiendo (0-3) al medio tiempo, los Rams se sentían ganadores. Seguían con vida pese a sólo contabilizar 57 yardas totales por 197 de su oponente. Con ese entusiasmo saltaron a la parte complementaria, Goff seguía nervioso pero poco a poco se fue desentumiendo Todd Gurley. Tener al mejor corredor de la liga debería ser motivo suficiente para implantar el juego terrestre y sin embargo no fue así. Por su parte, Brady mantuvo la misma fórmula, primero correr y después buscar la zona central con el indomable Julian Edelman. Daba igual que enfrente tuviera mano a mano al "all-pro" Marcus Peters, seguía acumulando recepciones, aunque lejos estaba de reflejarlo en puntos. A Goff le bastó un par de pases efectivos para ponerse en zona de Greg Zuerlein, uno de los mejores pateadores de la liga que igualó la contienda con un gol de campo de 53 yardas sobre el final del tercer cuarto.
Increíblemente y fuera de toda lógica, llegaron empatados al último episodio, el momento que separa a los grandes jugadores de las leyendas. Justo ahí, no hay nadie como Tom Brady. Dos minutos y 49 segundos le tomó llevar el ovoide durante 69 yardas para el primer touchdown de la batalla. Sony Michel encontró la zona prometida por medio de un acarreo entre los tacles que hizo vibrar a todo el Mercedes-Benz. ¡Al fin!
La presión pasaba a manos del nervioso Jared Goff, con poco más de siete minutos en el reloj, y como por arte de magia empezó a responder hasta que se precipitó, y Stephon Gilmore lo interceptó. Estaba a escasas 30 yardas del empate y la inexperiencia terminó por pasarle factura. Nueva Inglaterra le negó una última oportunidad a Los Ángeles y en manos de sus corredores transcurrieron los últimos minutos del "granjuego", inclusive el infalible Zuerlein iba a equivocarse a falta de 15 segundos con un intento de gol de campo que esfumó las últimas oportunidades de su equipo. Fue una auténtica fiesta Patriota.